La embajadora Gisela María Figueiredo Padovan, secretaria de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, adelantó en una conferencia previa al viaje de Lula que el programa del Mercosur en estos seis meses está abocado a fortalecer al bloque y que pueda interconectarse con otros como el Brics, del cual Brasil es parte fundadora.
“La industria automotriz brasileña es muy importante y también somos unos productores relevantes de derivados del azúcar, con valor agregado”, subrayó Figueiredo, al referirse a la intención del gobierno de Lula de avanzar en acuerdos que otorguen tratamiento preferencial a estos productos dentro del bloque, los cuales actualmente no figuran en el Arancel Externo Común (AEC).
La embajadora también destacó que el Mercosur que Brasil busca liderar en esta etapa será un Mercosur verde, con compromisos concretos en materia de transición energética. “Tenemos una agricultura y ganadería sustentables. Queremos generar una buena impresión para la próxima participación del Mercosur en la COP”, afirmó, en alusión a la próxima conferencia climática de Naciones Unidas, en la que el bloque buscará mostrarse unido y comprometido con metas ambientales.
Entre otros temas clave que se debatirán en la cumbre están el futuro del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM II), iniciativas conjuntas en materia de seguridad regional y el debate sobre la ampliación de la Lista de Excepciones al Arancel Externo Común (Letec), un pedido impulsado por el gobierno de Javier Milei.
La reciente modificación del régimen de excepciones permitirá a los países miembro incluir 50 productos adicionales en sus listas respectivas, con condiciones específicas. En el caso de Brasil y Argentina, la Letec pasará de 100 a 150 artículos hacia 2028; en Uruguay, de 225 a 275 para 2029. Paraguay, por su parte, podrá llevar el total de productos incluidos de 649 a 699 para 2030.
Las reducciones de aranceles estarán permitidas únicamente si las exportaciones a cada país del bloque no superan el 20% del total correspondiente al código arancelario, o si buscan evitar concentraciones sectoriales, en cuyo caso la rebaja se limitará al 30 % de los nuevos códigos por capítulo de la Nomenclatura Común del Mercosur.
Para Paraguay y Uruguay, las economías más pequeñas del bloque, esta flexibilización resulta clave. Ambas insistieron en la necesidad de abrir el Mercosur a más acuerdos comerciales con terceros países, como el que se negocia con la Unión Europea.
La cumbre también será escenario del primer encuentro entre Lula da Silva y el presidente paraguayo, Santiago Peña, tras las denuncias de que la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) habría realizado operaciones de espionaje al gobierno paraguayo. Aunque no forma parte de la agenda oficial, se espera que ambos mandatarios aborden el tema en un encuentro bilateral. Supuestamente, Brasil tiene pendiente la entrega de un informe al respecto.
Para el economista Víctor Raúl Benítez, el acuerdo con la Unión Europea está cada vez más difícil y es casi imposible que cedan en el hecho de dejar de subsidiar sus rubros, que son competidores directos de los países del Mercosur. "El Mercosur también cambió muchísimo en los últimos años, pero jamás fue consistente en la integración, aunque Paraguay y Uruguay sí son beneficiados con las exenciones de aranceles", añadió.
"No creo que avance mucho", se mostró escéptico el economista que enseña en el Instituto Getulio Vargas de Brasil. Aparte, añadió que los ánimos no son de los mejores de los últimos años, debido a que Javier Milei y Lula no cuentan con diálogo fluido, y en esta cumbre no será la excepción.
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