Se estima que en Paraguay hay más de 235.000 personas dedicadas al trabajo doméstico, y de ese total, alrededor de 1.300 están afiliadas al sindicato. Aunque aún existen brechas importantes en cuanto a formalización, desde el sindicato destacaron que hay señales claras de avance, sobre todo en materia de acceso a la seguridad social y al cumplimiento del salario mínimo legal.
“Cada vez más compañeras conocen sus derechos y eso ya es un gran paso. Hay empleadores que valoran la experiencia y el compromiso”, señaló Santander. Sin embargo, advirtió que todavía una gran parte del sector trabaja por debajo de lo estipulado por ley, por lo que continúan promoviendo campañas de información y concienciación.
Uno de los principales proyectos que impulsa el gremio es la implementación de un sistema de prorrateo para el aporte al IPS, pensado especialmente para aquellas trabajadoras que cumplen funciones en más de un hogar durante la semana. Este modelo permitiría distribuir los aportes previsionales entre varios empleadores, facilitando así el acceso a jubilación y cobertura médica. “Es una solución práctica para una realidad muy común en el sector. Muchas compañeras trabajan lunes y miércoles en una casa, martes y jueves en otra, y así. Este sistema permitiría que cada aporte cuente y se registre a su nombre”, explicó.
El sindicato mantiene un diálogo abierto con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con quienes viene desarrollando materiales informativos y propuestas concretas para fortalecer la formalización del sector. “Sentimos que hay mayor apertura y vamos a seguir trabajando para que esto se convierta en política pública”, aseguró la dirigente sindical.
Otro punto sensible que sigue en la agenda es la lucha contra el criadazgo, una forma de trabajo infantil que históricamente ha afectado a niñas y adolescentes, especialmente en zonas rurales. Si bien la práctica ha disminuido, desde el sindicato sostienen que esta práctica aún sigue muy presente dentro de los hogares. “Lo importante es que las niñas estudien y crezcan en entornos sanos. Como gremio, seguimos atentos y activos en este tema”, afirmó Santander.
El sindicato agrupa no solo a empleadas domésticas, sino también a niñeras, cuidadoras de adultos mayores, jardineros y choferes, reconociendo así la diversidad de tareas que forman parte del trabajo en el hogar. Aunque no se presentan como agencia de empleo, sí facilitan el contacto entre trabajadoras conocidas y personas que solicitan referencias laborales, dentro de un marco de confianza.
Con miras al futuro, Sintradespy apunta a una mayor profesionalización del oficio, acceso a capacitaciones y reconocimiento pleno del aporte económico y social que representa el trabajo doméstico. “Nuestro trabajo sostiene a muchas familias. Queremos que se nos respete como a cualquier otro trabajador formal, y que las leyes se cumplan para todas y todos”, concluyó Marciana.
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