Al respecto, Marco Riquelme, explicó que el país se está preparando para convertirse en un hub regional de transporte e inversión, atrayendo a empresas extranjeras, principalmente neerlandesas, interesadas en la hidrovía Paraguay–Paraná.
En cuanto a los sectores industriales que se priorizan dentro de la cooperación con los Países Bajos, Riquelme señaló que los neerlandeses son especialistas en transporte fluvial, y justamente allí radica el interés. “Vinieron empresas que hacen barcazas, barcos de dragado, capacitación de tripulación fluvial, mantenimiento de ríos. Todas con mucho interés en nuestro objetivo de mantener la navegabilidad 675 días al año”, indicó.
Wiger Franke, director General de WEQUIPS, empresa dedicada a boyas inteligentes y equipo para dragado, identificó un gran potencial en Paraguay, especialmente con la expansión de la hidrovía y la implementación de nuevas tecnologías. Expresó su sorpresa ante los incentivos ofrecidos por Paraguay, considerándolos atractivos para empresas europeas y latinoamericanas que buscan expandirse en América Latina.
El viceministro recordó que el gobierno ya destinó US$ 60 millones para la remoción de 14 pasos rocosos en la hidrovía, obras que culminarán en los próximos dos meses. “Eso llamó mucho la atención a nivel regional y global, porque ven que Paraguay apuesta a una de sus ventajas competitivas más claras: garantizar que las industrias puedan importar y exportar todo el año, sin depender de las bajantes del río”, resaltó.
La misión empresarial que visitó el país en el marco de la feria Navegistic incluyó empresas con proyectos muy diversos, desde capacitación con simuladores navales hasta fábricas de insumos para barcazas. “Hay una compañía que quiere traer un simulador de buque, algo que Paraguay no tiene. Estamos interesados en abrir una escuela naval de primer nivel con ellos”, adelantó Riquelme.
Actualmente ya opera en Paraguay una firma neerlandesa de pinturas, Grupo Solid, instalada en Ypane, que ahora ampliará su producción hacia pinturas navales. Esto coincide con la necesidad de renovación de la flota nacional: Paraguay cuenta con unas 3.000 barcazas, la mayoría cerca de cumplir su vida útil. Cada unidad cuesta entre US$ 1 millón y US$ 2 millones.
“Esto generará un movimiento económico enorme en los próximos 10 años: por un lado, el sector metalúrgico se beneficiará con el scrap metálico de las barcazas retiradas; y por otro, los astilleros tendrán demanda asegurada para la construcción de nuevas embarcaciones”, dijo el viceministro.
El potencial de la hidrovía depende también de la cooperación internacional. “Estamos en muy buenas relaciones con Argentina, Brasil y Uruguay. La Cancillería trabaja de forma permanente en negociaciones para garantizar el mantenimiento conjunto de la vía navegable”, afirmó Riquelme.
Dentro del programa Paraguay 2X, el MIC proyecta un crecimiento sustancial del movimiento industrial por la hidrovía. “Estimamos que en 10 años saldrán 10 millones de toneladas adicionales de productos paraguayos por la vía fluvial. Eso significa más puertos, más camiones, más barcazas, más barcos, más tripulantes. Nos estamos preparando para ese escenario de expansión”, enfatizó.
Además, se suman proyectos estratégicos como la apertura de una mina de hierro en Corumbá (Brasil, frontera norte con Paraguay), que transportará 15 millones de toneladas anuales por la hidrovía Paraguay–Paraná.
El gobierno trabaja también en un proyecto de ley que busca independizar la Dirección de Marina Mercante del Ministerio de Obras Públicas y convertirla en una Dirección Nacional que reporte directamente al Ejecutivo. “El dragado y el mantenimiento fluvial son obras invisibles pero esenciales. No pueden quedar relegadas frente a obras más visibles, como viaductos o carreteras. Queremos una entidad que defienda permanentemente la competitividad logística del país”, subrayó Riquelme.
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