Mientras que a principio de año se daba por hecho que la economía sufriría una desaceleración, debido a la inseguridad política y al aumento de la inflación, hoy se espera un crecimiento levemente mayor al de 2016, y las expectativas de inflación se están revisando a la baja.
En su última revisión, el BCP aumentó su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año de 3.7% a 4.2%, en un contexto en que espera que la demanda doméstica sea el principal motor de la economía.
Con el aumento del salario mínimo en noviembre pasado, sumado a la expectativa de un nuevo aumento en junio, y a la perspectiva de un ajuste en los salarios de docentes y policías, se verificará una mejora de los ingresos reales que permitiría un repunte del consumo.
Por su parte, la inversión pública apuntalará la inversión total, en un contexto que los gastos de capital del sector privado podrían verse afectados por la incertidumbre preelectoral. Con todo, el panorama para este 2017 luce mucho más alentador que hace unos meses.
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