Según Emilia Montero, directora de Investigación & Desarrollo en Great Place to Work Uruguay, Argentina, Bolivia y Paraguay, son tres las claves fundamentales que deben tener en cuenta las organizaciones para crear un ambiente ideal.
El primero de ellos es la equidad:
“La sensación de igualdad es un componente esencial en cualquier entorno de alta confianza. En las organizaciones esto adquiere una claridad indiscutible. La gente seguirá exigiendo lugares equitativos en donde construir sus carreras, y lo hará cada vez más dado el ingreso de las nuevas generaciones en las organizaciones.
Entendemos la igualdad como ese lugar en donde todos reciben un pago y un trato justo, así como la oportunidad de tener una voz propia que sea escuchada. La necesidad de transparencia es cada vez más un tema prioritario en la gestión. En este sentido, el liderazgo basado en valores en donde prime la claridad en las decisiones de los jefes será un aspecto crucial en la gestión de las personas.
La posibilidad de recibir un reconocimiento especial para cada miembro de la organización es parte de esa percepción de justicia”.
El segundo aspecto es el cuidado de la gente:
“El desarrollo genuino de la gente pasa por diversos lugares dentro de las organizaciones. No se trata solamente de contar con poderosos dispositivos para que los colaboradores avancen en su carrera profesional, sino también por la verdadera preocupación de los líderes por el desarrollo integral de las personas.
Fomentar el equilibrio entre la vida laboral y personal (que no sólo pasa por dar permiso para retirarse antes) y la preocupación por el otro, son factores que influyen al momento de pensar cómo cuidamos a nuestros colaboradores.
Para ello, la reflexión de los líderes sobre estos temas es fundamental”.
Por último, el tercer aspecto es la percepción del propósito del trabajo:
“Las personas comienzan a darle un lugar importante a la intención de que el trabajo tenga un sentido más allá de las tareas cotidianas. El ingreso de las nuevas generaciones a las organizaciones potencia esta necesidad que se irá profundizando con el correr del tiempo.
Conectar con el propósito del trabajo o con los resultados alcanzados se combina con la posibilidad de realizar acciones de responsabilidad social, por ejemplo, logrando del propósito una meta más integral en la vida de las personas.
Si bien las organizaciones toman nota de ello y despliegan múltiples herramientas para conectar a la gente con su propósito, existe una enorme oportunidad de seguir profundizando en esta tendencia”.
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