La producción de tomate se ha consolidado como una actividad agrícola vital para la economía del país. Este cultivo, que se extiende principalmente en las regiones de Caaguazú, Alto Paraná, Cordillera e Itapúa, no sólo abastece la demanda interna, sino que también muestra un potencial significativo para la exportación.
“En Paraguay actualmente se consumen unos 6 millones de kg de tomate de forma mensual, que se empiezan a cubrir desde mayo; sin embargo, este año por las altas temperaturas experimentadas durante enero y febrero, hubo un retraso y la cosecha arrancó dos semanas atrás”, mencionó Ernesto Sotelo, titular de la Dirección de Comercialización (DC) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Agregó que la cosecha de dos semanas atrás fue muy importante porque el calor hizo que se apure la maduración. “Tuvimos una buena producción y buena venta, hasta que cayó el precio. Se tuvo que proceder a defender la producción nacional, se atajó la importación y se pudo recuperar la venta”, explicó Sotelo.
Por otro lado, el profesional afirmó que esta semana, con el tiempo frio y la lluvia, se puede retrasar la maduración de la fruta y habrá una pequeña pausa, pero se calcula que a partir de la segunda quincena de julio se verá una producción sostenida, hasta fin de año, para satisfacer las demandas del mercado.
“Esperamos poder cubrir hasta los primeros días de enero del año siguiente, hay que insistir con la planificación”, resaltó. Acotó que el principal desafío de los productores del país es hacer una planificación y aplicar la tecnología.
Sotelo aseguró que mercado suficiente y recordó que el proyecto de Hambre 0 está cercano por lo que puerta se va a necesitar una cantidad importante de los rubros que se produce en finca. “Se deben doblegar esfuerzos para producir en gran cantidad lo que se necesitará y esto es un gran compromiso y una gran cantidad para nuestros productores”, destacó.
La formación y capacitación continua de los agricultores serán clave para el futuro del sector. Iniciativas que promuevan el uso de tecnologías avanzadas y la implementación de prácticas agrícolas sostenibles contribuirán a mejorar la eficiencia y la rentabilidad del cultivo de tomate en Paraguay.
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