Joaquín Sostoa, coordinador técnico del Centro de Estudios de la Unión Industrial del Paraguay (UIP), sostuvo que el invierno no tiene un efecto lineal en la economía paraguaya. “Considero que puede tener efectos diferenciados según el rubro. Con la soja en particular no creo tanto, con la carne podría ser. Algunos cultivos, capaz si hay heladas, se ven perjudicados, dependiendo de su época de siembra y cosecha”, explicó.
En el caso de la industria y la construcción, Sostoa señaló que no suelen depender tanto del factor climático. “La construcción podría verse afectada negativamente, pero más la lluvia es lo que le afecta que el frío”, dijo. En cuanto a las industrias manufactureras, no se observa una incidencia significativa, salvo en sectores específicos como el textil o farmacéutico, donde el cambio estacional sí marca una diferencia.
Por ejemplo, en el rubro textil, si bien se reduce la cantidad de unidades vendidas, el ingreso total puede incrementarse. “Venden menos en cantidad, pero en valor capaz obtienen más por el precio unitario superior. Entonces, no venden más en cantidad, venden más en valores o guaraníes”, indicó el economista.
Una lógica inversa se presenta en el rubro farmacéutico, que ve un aumento tanto en volumen como en valor. “En el caso farmacéutico seguro venden más en cantidad, y en valor también”, puntualizó Sostoa.
Por su parte, Jorge Garicoche, economista de la consultora Mentu, aclaró que la respuesta no es sencilla y que todo depende de la capacidad de adaptación de los sectores. “La verdad que la respuesta es ‘no sé’. Los ciclos de negocios tienen en cuenta su estacionalidad. Fijate que el sector primario, el sojero, sabe que es un cultivo de primavera-verano y busca cómo hacer la cobertura de su suelo con cultivos de invierno como maíz, trigo o sorgo”, comentó.
Garicoche enfatizó que la economía local todavía carece de una estructura sólida para responder ante extremos climáticos. “Todavía tiene que tener mucha adaptabilidad a los factores de riesgo climático. Ni siquiera estoy hablando de cambio climático, sino de factores climáticos muy fuertes. Como no tenemos esa gran adaptación, nos termina costando mucho”, advirtió.
De hecho, mencionó que participó de un estudio que demostró cómo los climas adversos pueden provocar hasta US$ 500 millones en impactos por mora estresada en un período de tres años. “Eso pasa cuando no llueve o llueve mal”, explicó.
En líneas generales, el invierno paraguayo no genera una sacudida generalizada en la economía, pero sí redefine las dinámicas de ciertos sectores. Mientras que algunos encuentran en esta estación un momento propicio para incrementar sus ventas o ajustar su producción, otros enfrentan riesgos que aún requieren una mejor preparación estructural para ser mitigados.
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