El proyecto que defiende la actual presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Internacionales del Senado busca que el 50% los cónsules en el exterior puedan ser personas que no hayan realizado la carrera en la academia y que los que estén en servicio diplomático y consular tengan la libertad de realizar actividades políticas. “La Academia Diplomática tiene que ser como en otros países, donde alguien con preparación no ingrese como tercer secretario, sino ya en un rango acorde a su nivel”, mencionó Samaniego en una entrevista para defender la modificación de la Ley N°1335/1999 del Servicio Diplomático y Consular.
“Las relaciones diplomáticas necesitan cada vez mayor capacidad técnica y desde que empezó el concurso hubo más diversidad en el manejo técnico. Hay gente que se graduó en carreras no afines como biología, una ciencia fundamental para la diplomacia en la actualidad”, explicó una funcionaria de la carrera que prefirió no divulgar su identidad. Además, aseguró que el nivel de complejidad de las relaciones internacionales aumentó y hoy la Cancillería está obligada a rendir cuentas sobre sus posiciones.
Según nuestra fuente, el modelo actual de la Academia Diplomática generó un acercamiento con el sector privado al discutir cuestiones económicas, lo cual no ocurría antes. Por ejemplo, uno de los temas que evidencia la necesidad de especialización en diversas disciplinas es el Acuerdo de Escazú, en el que se debe tener en cuenta la postura de los productores y de los consumidores, según la entrevistada.
“En el caso de que se tenga que implementar el principio precautorio que incluye el Acuerdo de Escazú, será necesario implementarlo de la mejor manera. Ese es el trabajo del diplomático, aparte de explicar a la ciudadanía en términos sencillos de qué se trata el acuerdo”, ejemplificó.
Por su parte, uno de los docentes de la Academia Diplomática, −que prefirió reservar su nombre−, advirtió que más que nunca la mayor preparación técnica es fundamental para la realidad de las relaciones internacionales. “Hay un rechazo hacia las organizaciones internacionales multilaterales y líderes como Trump o Johnson son sus principales exponentes. La tendencia se agudiza con la pandemia, lo cual hizo dudar de la convivencia que crea la globalización”, opinó.
No obstante, el docente aclaró que Paraguay es un país pequeño, por lo cual consideró que está obligado a abrirse al mundo. “Esto requiere buenos diplomáticos, ellos guiarán de qué forma nos insertaremos a la cadena de valor regional y cómo podemos obtener ciertos privilegios en la distribución de riquezas”, consideró.
A su criterio, los principales desafíos de la diplomacia paraguaya se relacionan con la renegociación del Anexo C de Itaipú, la salida por el Océano Pacifico y la expansión dentro del mundo árabe.
La situación actual
La carrera diplomática y consular tiene 21 años de existencia y tiene como marco a la Ley N° 1335/1999 del Servicio Diplomático y Consular de la República del Paraguay. La organización es jerárquica y se encarga de implementar la política exterior del país, la cual está dirigida por el presidente de la República.
Actualmente existen seis rangos y el más alto es el de embajador. El presidente de la Republica puede nombrar hasta el 50% de los embajadores a personas que no pertenezcan a la carrera, no obstante, los cónsules deben ser en su totalidad funcionarios de carrera.
Según el segundo secretario y miembro de la Asociación de Funcionarios de la Carrera Diplomática y Consular (Adep), Ricardo Zarratea, el proyecto que vuelve a proponer Samaniego busca que la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado tenga más atribuciones dentro de la Junta de Calificaciones, que es el órgano colegiado que resuelve el ingreso de las personas que concursan en la Academia. La junta está conformada por el ministro de Relaciones Exteriores, el embajador del Paraguay ante Brasil, los presidentes de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y de Diputados, el director de la Academia Diplomática y Consular y el secretario general de Cancillería, el docente más antiguo de derecho internacional público de la UNA.
“El concurso nacional de oposición y méritos tiene reglas muy estrictas y están acorde a los parámetros de la ONU. Ahora quieren hacer que las decisiones sean tomadas por unanimidad, lo cual le da poder de veto a cualquiera de los miembros”, argumentó Zarratea, quien enfatizó que de esa forma Samaniego tendría mayores atribuciones.
Requisitos
Los requisitos actuales para ingresar a la Academia Diplomática y Consular son: ser paraguayo/a, mayor de 22 años, haber terminado una de las carreras afines -derecho, economía, comunicación, otros-. También existen cupos para egresados de carreras no afines y estudiantes que hayan culminado por lo menos la mitad de su carrera de grado.
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