“Fue un semestre muy movido, con bastante actividad. Los colegas coinciden en que las ventas mejoraron significativamente respecto al año pasado, lo que nos genera un optimismo moderado para lo que resta del año”, indicó Lezcano. La percepción general es que el consumo interno muestra señales claras de recuperación, impulsado por un contexto económico más predecible y una mayor confianza del consumidor.
A pesar de algunos desafíos puntuales, el balance general es positivo. Uno de los inconvenientes más relevantes del semestre estuvo ligado a las condiciones climáticas en el Chaco paraguayo, que afectaron temporalmente el abastecimiento de ciertos productos. Sin embargo, el escenario fue relativamente tranquilo, sin grandes fluctuaciones que alteraran la estabilidad del mercado.
Para la segunda mitad del año, los operadores del sector prevén una continuidad de la buena racha. “Esperamos que este clima de consumo siga siendo dinámico y que el mercado se mantenga estable. Un tipo de cambio a la baja, como el que estamos observando, es clave para seguir creciendo de manera sostenida”, señaló Lezcano, apuntando a uno de los principales factores que impactan en la estructura de costos de los comercios.
Uno de los aspectos positivos que se proyectan es la estabilidad cambiaria. Con un dólar en descenso, los comercios encuentran margen para manejar mejor sus márgenes y generar precios más atractivos para los consumidores. Esto, a su vez, podría fomentar una mayor rotación de productos y un incremento en la frecuencia de compra, tanto en supermercados como en tiendas de otros rubros.
En cuanto al comportamiento de los consumidores, las compras online muestran dos velocidades distintas. En el sector alimentario, la digitalización todavía avanza lentamente. “Los consumidores siguen prefiriendo ir al punto de venta cuando se trata de alimentos”, explicó Lezcano. Sin embargo, en otros segmentos como vestimenta, artículos de bazar y regalos, el comercio electrónico sí ganó mayor tracción, mostrando un crecimiento sostenido en comparación con años anteriores.
Con un entorno de consumo fortalecido y una economía que, al menos por ahora, no presenta grandes sobresaltos, el comercio encara el segundo semestre con expectativas favorables. “Estamos atentos a cualquier cambio que pudiera darse, pero el panorama actual permite ser optimistas”, concluyó Lezcano.
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