El nombre del complejo no es casualidad. "Mi Querido Viejo" es un tributo al padre de los propietarios, un hombre que encontró en esta propiedad su refugio de paz. Inspirados por su amor por el lugar, su familia decidió transformar este espacio en un complejo turístico que hoy cuenta con 12 unidades de alojamiento y una amplia oferta de actividades en un predio de 50 hectáreas.
Luis Miranda, gerente de Cabaña Mi Querido Viejo, explicó que el proyecto comenzó hace dos años de manera formal. "Inicialmente era un sitio de descanso privado, pero poco a poco fuimos viendo su potencial y decidimos abrirlo al público. Ahora no solo es un lugar para hospedarse, sino un destino donde las familias pueden disfrutar de la naturaleza y las comodidades de un hotel de primera".
Ubicado en Juan E. O'leary, Cabaña Mi Querido Viejo se distingue de otros complejos turísticos por su oferta integral. Más allá del alojamiento, ofrece diversas actividades para todos los gustos y edades. Desde paseos en kayak en su lago privado hasta senderos para bicicletas y trail running, el complejo apuesta por un turismo activo en armonía con la tranquilidad del entorno.
"Nuestro principal público son familias y grupos que buscan un escape de la ciudad sin renunciar a la comodidad. Aquí pueden relajarse en un ambiente tranquilo, sin ruidos molestos, y disfrutar de un cielo estrellado impresionante por las noches", comentó Miranda.
Para garantizar una experiencia completa, el complejo también cuenta con un restaurante y un bar, además de un pool bar ubicado junto a la piscina. "Estamos finalizando la implementación de un servicio de room service para que los huéspedes puedan disfrutar de nuestra gastronomía sin salir de su cabaña", agregó.
Expansión y sostenibilidad
El crecimiento de Cabaña Mi Querido Viejo no se detiene. Actualmente, el equipo está evaluando la ampliación del complejo con nuevas unidades de alojamiento, aprovechando la extensión del terreno disponible. Además, está en proceso de certificación para obtener el Sello Verde de Senatur, que avala las buenas prácticas ambientales.
"Queremos que nuestro desarrollo vaya de la mano con la sostenibilidad. Estamos implementando sistemas de aprovechamiento de recursos naturales, compostaje y gestión responsable de residuos", explicó Miranda.
El complejo ha logrado captar tanto a turistas nacionales como a extranjeros de países como Brasil, Canadá y Austria. Sin embargo, el equipo de Cabaña Mi Querido Viejo busca seguir fortaleciendo el turismo interno y romper con el estigma de que vacacionar en Paraguay es más costoso que en el extranjero.
"Nuestra meta es demostrar que ofrecemos una experiencia completa, donde el precio del alojamiento incluye actividades recreativas y un desayuno variado. Queremos que los paraguayos vean el valor de redescubrir su propio país", enfatizó el gerente.
De cara a 2025, el objetivo es superar las cifras del año anterior en cantidad de visitantes e ingresos, asegurando que cada inversión realizada se refleje en una mejor experiencia para el huésped.
Cabaña Mi Querido Viejo no es solo un complejo turístico; es un lugar con historia y significado. Para quienes buscan un descanso rodeado de naturaleza sin renunciar al confort, este destino ofrece una propuesta inigualable. La esencia de don Morales sigue viva en cada rincón de este paraíso natural, donde el descanso y la aventura se encuentran en perfecto equilibrio.
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