“La construcción en Paraguay hoy tiene mucho trabajo, pero carece de personal altamente capacitado”, afirmó Bentel, señalando que, si bien existe una gran cantidad de personas dispuestas a trabajar, todavía se debe profesionalizar más el oficio. Este déficit de capacitación no responde a una falta total de opciones, sino a un desajuste entre la demanda del mercado y el perfil de los trabajadores que egresan del sistema educativo actual.
En las últimas décadas, la expansión de las universidades privadas, con cuotas accesibles, incentivó a muchos jóvenes a seguir carreras administrativas o de servicios. Según Bentel, esto desplazó al oficio de la construcción como primera opción laboral para los jóvenes, a diferencia de lo que ocurría hace 30 o 40 años. “Hoy, los padres que fueron albañiles muchas veces hacen un gran esfuerzo para que sus hijos vayan a la universidad, y se alejan del trabajo manual”, comentó. Sin embargo, la realidad del mercado muestra que los oficios vinculados a la construcción, cuando son ejercidos con calidad y profesionalismo, pueden representar una salida laboral digna y muy rentable.
En este contexto, Capaco impulsa múltiples iniciativas de capacitación, tanto por cuenta propia como en alianza con instituciones clave como el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal), y organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el CAF y el Banco Mundial. Estos convenios apuntan a formar profesionales no solo en albañilería, sino también en áreas especializadas como electricidad, plomería, pintura, hormigón y seguridad laboral.
“La construcción es una actividad de alto riesgo, por eso la salud y la seguridad de los trabajadores son prioridad para nosotros”, subrayó Bentel. Capaco viene desarrollando programas de entrenamiento en seguridad laboral, medio ambiente y salud ocupacional, fundamentales para garantizar condiciones dignas y productivas en las obras.
Una de las iniciativas más llamativas es la Liga de Albañiles, un evento que organiza jornadas de competencia que reúne a trabajadores del sector para poner a prueba sus destrezas con el objetivo de impulsar el crecimiento de los profesionales de la construcción, brindando un espacio de formación práctica y reconocimiento al esfuerzo diario de quienes edifican el país con sus manos.
Además, eventos de este tipo refuerzan la visibilidad y valoración social de estos trabajadores. Para Bentel, la clave está en invertir más en programas de formación a nivel nacional, fortaleciendo al SNPP y dotándolo de mayores recursos en el Presupuesto General de la Nación.
El reconocimiento que ya tiene la mano de obra paraguaya en el exterior, especialmente en países como Argentina, donde es valorada por su calidad, demuestra el enorme potencial del capital humano nacional. “Si ya nos reconocen sin una gran infraestructura de formación, imagínate lo que podríamos lograr si potenciamos esa capacitación”, concluyó Bentel.
En definitiva, formar a los obreros del mañana no es solo una necesidad del presente, sino una oportunidad para el desarrollo sostenible de uno de los sectores más dinámicos de la economía paraguaya. Capacitar es construir futuro.
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