Entre los países relevados por la calificadora de riesgo se observa que en la región los que lograron mejorar las cuentas del sector público no financiero en el primer semestre fueron Argentina, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Paraguay, de acuerdo a una publicación de Bloomberg Línea.
Según la economista Martha Coronel, en el primer semestre de 2024 Argentina y Paraguay enfrentaron desafíos económicos significativos, pero con enfoques distintos para manejar sus finanzas públicas. En Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, se implementaron medidas drásticas para enfrentar una crisis económica que se vio reflejada en un deterioro fiscal.
Milei llevó a cabo importantes recortes en gastos, incluidos salarios y subsidios a la energía, y también cerró ministerios y suspendió obras públicas. Estas medidas, aunque severas, permitieron a Argentina alcanzar un superávit en el balance primario.
El enfoque principal del gobierno argentino fue controlar la inflación, aunque aún persisten dificultades para lograr un control total. Sin embargo, el país experimentó una ligera desaceleración de la inflación en el último mes, marcando un pequeño retroceso respecto a meses anteriores.
Por otro lado, Paraguay mostró una gestión más ordenada de sus finanzas, aunque ha enfrentado retos significativos debido a la pandemia. La deuda se acumuló, y el país continúa endeudándose para pagar cuentas anteriores y cubrir gastos rígidos como salarios y servicio de la deuda.
“Paraguay mejoró la eficacia en la recaudación de impuestos y la formalización, pero aún enfrenta desafíos en términos de diversificación económica y calidad del gasto. El país necesita mejorar su capacidad para gestionar y reducir el gasto rígido para evitar mayores endeudamientos y costos de servicio de deuda. Santiago Peña, durante su candidatura, mencionó la posibilidad de subir impuestos o mejorar la eficacia recaudatoria, destacando la necesidad de optimizar la calidad del gasto para liberar recursos y facilitar inversiones en infraestructura y capital humano”, mencionó Coronel.
El informe de Fitch Ratings sostiene que los déficits fiscales se ampliaron en su mayoría a medida que los ingresos pospandemia de COVID-19 comenzaron a disminuir, el gasto primario se alineó con la inflación pasada y los altos costos de financiamiento elevaron las facturas de intereses. “En 2024, el deterioro continuó, ya que el gasto superó los ingresos, con algunas excepciones”, dice el documento.
Según la especialista, el principal problema en Paraguay radica en el manejo de compromisos financieros rígidos, lo que limita la inversión en áreas clave como infraestructura y capital humano, fundamentales para aumentar la productividad y la recaudación fiscal a largo plazo. La solución pasa por una mayor diversificación económica y una gestión fiscal más eficiente.
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