Si bien su debut oficial en el Dakar fue en 2014, Sanabria recordó en entrevista con InfoNegocios que su camino comenzó mucho antes, allá por el 2011, cuando competía para clasificarse al Dakar en la FIM (Federación Internacional de Motociclismo). Para lograrlo, debía cumplir con ciertos requisitos y seguir un proceso, enfrentando obstáculos sin el respaldo inicial que necesita un deportista. "Fui como punta de lanza y me tuve que esforzar bastante, sacrificando muchos recursos para que se entendiera la idea deportiva. Solo cuando pude correr mi primer Dakar, las marcas y entidades comprendieron lo que estaba proponiendo", afirmó.
Conocido como el León Guaraní, fue el primer paraguayo en completar el Dakar en la categoría de cuatriciclos, logro que lo posicionó como referente del deporte motor a nivel nacional. Pero más allá de las carreras, su participación tuvo un efecto multiplicador. Empresas que nunca se habían vinculado al rubro comenzaron a ver el potencial del marketing deportivo. Según el piloto, su presencia en este evento de talla internacional atrajo la atención de patrocinadores de diversos sectores.
"A lo largo de los años, las marcas que se sumaron no eran solo del sector automotriz, como lubricantes o repuestos. También se incorporaron empresas de tecnología, telecomunicaciones, logística y otros rubros que nunca imaginaron vincularse al deporte motor", explicó.
El Dakar no solo es una de las competencias más exigentes del mundo, sino también una vitrina internacional de alto impacto mediático, una plataforma que ha permitido a las marcas proyectarse globalmente. El piloto asegura que las empresas que acompañaron su proyecto a lo largo de los años han tenido una experiencia de visibilidad única.
Para Sanabria, el Dakar no solo representa un reto personal y deportivo, sino una oportunidad para que las marcas muestren su capacidad en un escenario global, demostrando que Paraguay también tiene mucho que ofrecer.
Además de los patrocinadores privados, Sanabria también destaca la importancia del apoyo institucional, aunque aclaró que este llegó de manera gradual. Lo que comenzó como un sueño personal se transformó en una oportunidad concreta para marcas paraguayas que, al igual que él, han tenido que enfrentar enormes desafíos para posicionarse.
El impacto de su carrera, además de la visibilidad que ha dado al deporte motor paraguayo, permitió que empresas de rubros completamente ajenos al automotor encontraran en este deporte un canal de expansión, como lo es el marketing deportivo, con espacio para todos los sectores.
Hoy, más de 10 años después, Nelson Sanabria es un símbolo de transformación en el deporte motor. Su trayectoria no solo inspira a nuevos corredores, sino que demuestra que se pueden alcanzar grandes logros en todos los ámbitos: deportivo, comercial y publicitario. Su historia es un ejemplo claro de cómo un patrocinio inteligente puede beneficiar a ambas partes: al atleta, que compite al más alto nivel, y a las marcas, que ganan autenticidad y visibilidad en escenarios de alto impacto.
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