El punto de partida para esta nueva etapa será la Expo 2025, en Osaka, Japón. Durante los seis meses que dura este evento internacional (dedicado a la innovación y la sostenibilidad), estas compañías pondrán en funcionamiento vehículos equipados con motores adaptados para utilizar una mezcla de combustibles sintéticos. Estos automóviles tendrán un rol práctico de transportar a los invitados y al personal dentro del recinto ferial, pero también uno simbólico y estratégico, al demostrar que la descarbonización no está limitada al motor eléctrico.
La piedra angular de esta propuesta es el combustible sintético producido por ENEOS en su planta de demostración, inaugurada en septiembre de 2024. Esta instalación pionera en Japón es capaz de realizar el ciclo completo de producción, a partir de hidrógeno verde (generado con energía renovable) y dióxido de carbono capturado de la atmósfera. El resultado es un carburante que emite, al ser utilizado, la misma cantidad de CO2 que fue capturada para su fabricación, lo que lo convierte en neutro en términos de emisiones netas.
A diferencia del vehículo eléctrico, que requiere infraestructura de carga, nuevas redes logísticas y reemplazo de flotas completas, los combustibles sintéticos pueden aprovechar la infraestructura actual: estaciones de servicio, tanques de almacenamiento y, sobre todo, motores de combustión ya existentes. Esta compatibilidad reduce los costos de transición y permite una adaptación más progresiva, especialmente útil en contextos donde la electrificación plena aún está lejos de ser viable.
Cada uno de los fabricantes japoneses involucrados está desarrollando motores que reflejan su identidad tecnológica. Toyota trabaja en tres propulsores de cuatro cilindros; Mazda ha decidido revivir su icónico motor rotativo en una versión optimizada para e-fuels; Subaru continúa perfeccionando su motor bóxer, conocido por su bajo centro de gravedad. Suzuki y Daihatsu, por su parte, centran sus esfuerzos en motores compactos de bajo consumo, compatibles con mezclas de combustibles sintéticos.
Además de su funcionalidad, estos motores están diseñados para mantener las sensaciones de manejo que los entusiastas asocian al motor de combustión: el sonido, la respuesta del acelerador, la experiencia mecánica. Todo eso, pero con un impacto ambiental reducido. Esta visión no compite directamente con la electrificación, sino que la complementa.
El proyecto cuenta con el respaldo del Fondo de Innovación Verde de la Organización para el Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales de Japón (NEDO), lo que reafirma el compromiso estatal con la diversificación energética. También responde a los lineamientos de sostenibilidad de la Expo 2025, cuyo lema incluye la búsqueda de soluciones concretas para un futuro neutro en carbono.
Mientras Europa apuesta por prohibiciones totales y transformaciones radicales, Japón plantea una estrategia más matizada, que es la de avanzar hacia la descarbonización sin desechar abruptamente todo lo que vino antes.
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