Darío Mandelburger, director de Bioseguridad del Mades, compartió detalles “Lo más importante, más allá del avistamiento como hecho anecdótico, es que el sistema de conservación en Paraguay está funcionando, nuestros territorios de conservación están cargados de especies a proteger, y el jagua yvyguy o como le llamamos localmente perro vinagre es una de las más emblemáticas”, declaró.
La presencia del jagua yvyguy en San Luis no es un hecho aislado. Acompañan al felino otras especies como zorros, y una rica diversidad de flora y fauna. Estos registros consolidan a San Luis como un punto caliente de biodiversidad, reafirmando su rol estratégico en la conservación de la vida silvestre.
La importancia ecológica del jaguar dentro del ecosistema es incuestionable. “Es una especie clave, un gran depredador que regula las poblaciones de otras especies y mantiene el equilibrio ecológico. Su presencia indica un ecosistema sano”, explicó Mandelburger. “Es una especie bajo presión por la pérdida de hábitat. El cambio del bosque a zona productiva redujo drásticamente los espacios donde puede vivir, alimentarse y reproducirse”, añadió.
El jagua fue históricamente avistado en otras áreas como Itaipú (hace 30 o 40 años) y Cerro Corá (hace aproximadamente una década), pero su presencia fue cada vez más esporádica y fragmentada. Este redescubrimiento en San Luis representa una oportunidad única para estudiar cómo sobrevivió esta población y qué medidas urgentes deben tomarse para asegurar su continuidad.
Con seis individuos observados hasta la fecha, desde el Mades están instalando cámaras trampa en el parque para iniciar un monitoreo más sistemático y prolongado. “Queremos saber si se trata de un grupo aislado o si hay más ejemplares. Cada dato que recolectamos nos ayuda a entender mejor la correlación entre la especie, su medio y otras formas de vida que coexisten con ella”, detalló Mandelburger.
Además de estos estudios, el ministerio busca fortalecer las estrategias de protección a través de la educación ambiental. “No se trata de capturar ni exhibir al jagua, sino de generar conciencia de su existencia y la necesidad de protegerlo. Debemos evitar que se lo tome como mascota o, peor aún, que se lo cace”, enfatizó.
Este enfoque educativo será acompañado de estrictos controles por parte del cuerpo de guardaparques, quienes realizarán patrullajes rutinarios, observaciones directas y reportes de comportamiento. Mandelburger también hizo un llamado a la población para que asuma un rol activo y responsable en la preservación de los ecosistemas. “Existen áreas protegidas en todo el país, muchas de ellas abiertas a visitas. Invitamos a la gente a conocerlas, pero con respeto y conciencia. No deben ser lugares para la caza, la captura ni la destrucción de ejemplares”.
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