Una de las aperturas más destacadas es la de Decathlon, la gigante francesa de artículos deportivos, que invirtió US$ 3 millones para establecer su primera tienda en Paraguay. Con una propuesta centrada en ofrecer productos accesibles para todos los niveles de deportistas, la marca pretende revolucionar el mercado paraguayo, ampliando el acceso a equipamientos deportivos de alta calidad y creando nuevas experiencias de compra.
Por otro lado, la heladería boliviana Bits & Cream, conocida por su innovador "helado volador" y su concepto único del "plaf plaf", abrió su primer local en Asunción. Con una propuesta que permite a los consumidores personalizar su helado con una variedad de combinaciones.
Nicole Anglaril, project manager de Bits & Cream, destacó que la expansión a Paraguay ha sido un paso natural, dado el crecimiento del país y la similitud cultural con Bolivia. "Vimos que Paraguay tiene una excelente combinación de innovación y crecimiento, y la gente está abierta a nuevas experiencias", comentó. Agregó que la heladería fue bien recibida, especialmente en la temporada de calor, y ya tiene planes para seguir expandiéndose en el país, con nuevos productos y más sucursales en el horizonte.
El sector tecnológico también ha sido favorecido con la llegada de Starcenter, una cadena uruguaya que trajo a Paraguay productos de marcas de alta gama en tecnología y papelería. Con la promesa de elevar la oferta en el mercado local, Starcenter no solo compite en precios, sino también en la calidad de sus productos, apuntando a satisfacer la creciente demanda de tecnología avanzada en el país.
El sector de la construcción también se benefició con nuevas inversiones. Kingspan, una firma irlandesa, invirtió US$ 20 millones en una planta de fabricación de tejas y paneles térmicos, mientras que la boliviana Preforte destinó US$ 5 millones para la producción de materiales de construcción. Ambas empresas traerán soluciones innovadoras y de alta calidad al mercado paraguayo, lo que contribuirá a la mejora de la infraestructura local.
Mientras que el sector maquilador registra de enero a octubre US$ 315 millones de inversión bajo la Ley 60/90, lo que representa un incremento del 5% interanual, de los cuales US$ 202 millones son de origen nacional y US$ 113 millones corresponde a inversión extranjera. El 96% de las inversiones proyectadas se concentra principalmente en el sector secundario; mientras que, el sector primario se lleva el 3% y el terciario con el 1%.
Una de las inversiones más esperadas es la de Go Energy, que en 2025 comenzará a operar en Paraguay con un ambicioso proyecto que involucra la producción de amoníaco e hidrógeno verde. Su CEO, Guillermo Barrail, destacó que las condiciones en Paraguay son ideales para esta inversión, señalando la abundante energía disponible, como la de la represa de Itaipú, y las ventajas impositivas que hacen al país una opción atractiva para los inversionistas. Además, Barrail resaltó la importancia de utilizar los recursos propios de Paraguay, como el potencial agrícola del Chaco, para producir fertilizantes y otros productos de valor agregado, lo que permitirá reducir la dependencia de importaciones y generar nuevos mercados.
Por otro lado, la llegada de Dahua Technology, la gigante china en equipos de seguridad, y Darko Lighting, especializada en iluminación, también resalta el crecimiento del sector tecnológico en Paraguay. Estas empresas apuestan por el potencial del país para desarrollar y distribuir productos de alta calidad, con un enfoque en satisfacer las necesidades locales y regionales.
Finalmente, el sector de la alimentación también se ve enriquecido con la llegada de cadenas internacionales. Subway regresará a Paraguay a finales de 2024, con planes de abrir hasta 30 nuevas sucursales. Por otro lado, Popeyes, la famosa cadena de pollo frito, se prepara para generar alrededor de 200 nuevos empleos con su arribo, ampliando la oferta de comida rápida en el país.
Con la llegada de tantas marcas y el desarrollo de grandes proyectos, el futuro de Paraguay como destino de inversión luce prometedor. Las expectativas no solo se centran en la creación de empleos, sino también en la diversificación de la economía, el fortalecimiento de sectores clave como la tecnología, la energía y la agricultura, y la posibilidad de posicionar a Paraguay como un centro de producción y exportación competitivo en la región.
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