El punto de partida de cualquier organización debe ser establecer un propósito claro, acompañado de metas estratégicas definidas y comunicadas a todos los niveles de la empresa. “Es fundamental que todos sepan hacia dónde vamos, qué queremos lograr, y cómo cada miembro del equipo puede contribuir”, explicó Pajés.
Las empresas deben romper con la rigidez y apostar por estructuras más flexibles que permitan adaptarse rápidamente a los cambios del mercado. A decir del experto, incluye poner el talento adecuado en las posiciones clave para potenciar el desarrollo profesional de los colaboradores y alcanzar los objetivos organizacionales. Una “cultura viva” fomenta la innovación y permite que las empresas sean más ágiles frente a los desafíos actuales.
Para Pajés, garantizar un espacio laboral sano es prioritario. “Necesitamos entornos donde los empleados puedan ser auténticos, presentar ideas y participar sin temor a represalias o discriminación”, señaló. Un clima psicológicamente seguro no solo mejora el bienestar de los colaboradores, sino que también fomenta la creatividad y la innovación, elementos clave para la competitividad.
En un mundo cada vez más digitalizado, la inteligencia artificial (IA) debe ser vista como una herramienta para simplificar procesos y no como un fin en sí misma. Pajés advierte sobre el riesgo de despersonalizar el servicio al cliente y las relaciones laborales. “La IA debe ayudarnos a liberar tiempo para lo verdaderamente estratégico y humano. Es fundamental que los procesos sean más simples, pero sin perder el toque personal que hace la diferencia”, agregó.
Por otro lado, el liderazgo debe evolucionar al ritmo de las nuevas generaciones. Pajés enfatizó la necesidad de contar con líderes adaptativos y congruentes que inspiren confianza en sus equipos. “Un líder congruente, que cumple lo que promete, es el que motiva a sus colaboradores a comprometerse con las metas. Además, debemos formar líderes que no solo gestionen, sino que también acompañen y desarrollen al talento joven”, destacó.
Para los líderes y empresarios locales, Pajés tiene un mensaje claro para el nuevo año, escuchar más a los colaboradores. “Es fundamental generar espacios de comunicación donde podamos saber qué tan bien estamos haciendo las cosas, qué mejorar y qué haríamos diferente. Al final, quien hace la empresa es la gente. El empleado es la cara visible ante el cliente y los demás stakeholders”, enfatizó.
Además, subrayó la importancia de la comunicación asertiva: expresar claramente las expectativas, brindar apoyo y fomentar la corresponsabilidad (accountability). Esto implica que los líderes también deben ser parte activa en la solución de problemas, acompañando y guiando a sus equipos en todo momento.
Con estos propósitos, las empresas no solo estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos de un mundo cambiante, sino que también se convertirán en lugares donde el talento puede florecer, generando un impacto positivo en el entorno laboral y en los resultados organizacionales.
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