“Vemos que los niveles de venta se han igualado, en comparación a una temporada pre pandemia. Sí existe incertidumbre, pero el sector tolera esa variable, porque nos caracterizamos por desarrollar proyectos a largo plazo”, aseguró.
Dependiendo de la altura, la zona, la inversión y las características, un proyecto inmobiliario puede demorar un promedio de tres a cinco años, “por eso es un rubro que está preparado ante este cambio de escenarios”, resaltó.
Sobre la venta de unidades, en un momento que alude a que existen pocos ingresos en la ciudadanía, aclaró que en gran medida dichas unidades se venden a inversores medianos y grandes.
Igualmente, subrayó que las tasas de los créditos están en baja y existe liquidez en el sector financiero. “Esto significa un momento ideal para la compra de los particulares”, destacó.
“Esto demuestra que volveremos a acelerar, que será un año de recuperación y que diversos proyectos concebidos en el 2019 y 2020, se ejecuten este año. De acuerdo a las cifras de Capadei, se invertirán unos US$ 350 millones en los proyectos de este año”, expuso.
Para Fadul, el hecho de tener una macroeconomía estable atrae a muchos inversores internacionales, especialmente a los empresarios argentinos.
Por estos factores, la premisa es construir “en las buenas y en las malas”, para seguir ofreciendo inmuebles de calidad, a costos razonables, en todas las zonas de Asunción y alrededores.
“De igual forma, para acompañar el crecimiento se debe mejorar las condiciones de los créditos para los ciudadanos que busquen adquirir un inmueble. Cuando eso suceda, tendremos un boom inmobiliario enorme, porque se tendrá muchísima oferta, para abastecer la demanda de la población”, relató.
Si mejoran las tasas crediticias en plazos y flexibilidad de pagos, “una persona que ahora accede a un crédito de hasta US$ 100.000, podría hasta duplicar este fondo y así ir comprando unidades más acordes a sus necesidades'', apuntó.
A corto o mediano plazo se construirán más unidades para la clase media y media-alta, con viviendas desde US$ 50.000 hasta US$ 200.000, remarcó Fadul. “Esto se ajusta a la realidad financiera del mercado y no significa que no se crearán más edificios de departamentos clase A”, mencionó.
“En el caso de Asunción, se tiene un nivel poblacional de 40 habitantes por hectárea y las grandes ciudades o capitales de la región tienen una densidad poblacional de 150 a 250 habitantes por hectárea. Buenos Aires estará en torno a los 200 habitantes y a esto se debe apuntar a largo plazo, para encontrar ventajas en espacios públicos, en seguridad, en obras viales, en cercanía, en aumento de la cantidad de comercios y en más ingresos impositivos para la ciudad”, sostuvo.
Por último Fadul consideró que no es posible predecir lo que sucederá, pero “a este ritmo en las próximas décadas se tendrá una ciudad vertical, mucho más activa en todos los aspectos, aunque seguirán existiendo zonas residenciales para gente de altos recursos”.
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