Hoy, con apenas 17 años, Mateo forma parte del equipo Artline Virage y compite en la Ultimate Cup Series al mando de un Fórmula 3 Regional, un desafío deportivo y personal enorme que lo coloca en la mira del automovilismo internacional.
Sus primeros pasos en el karting fueron intensos y formativos. Al principio, practicaba por instinto, sin competir en campeonatos. Pero con el tiempo dio el salto: en 2022 compró su primer kart profesional y, un año después, corrió su primera temporada en la categoría Fórmula Mundial. “Esa categoría me dio muchas enseñanzas: cómo adelantar, cómo defender una posición, cómo pensar en momentos críticos y, sobre todo, cómo ser fuerte a la hora de abandonar una carrera”, recordó.
El camino, sin embargo, no lo hizo solo: “Principalmente mi papá y después mi familia, ellos fueron los que me pusieron al volante por primera vez”, destacó.
También mencionó a formadores clave como Elio Argüello, quien lo guio en sus inicios, y Daniel Candia, expiloto que lo introdujo en los monoplazas en Brasil y que hoy sigue siendo un referente en su carrera.
Uno de los momentos más significativos de su trayectoria fue cuando recibió el reconocimiento como rostro de la Marca País Paraguay, en un acto donde estuvo presente incluso el presidente de la República.
“Esa noche no la voy a olvidar nunca. Me preguntaba: ¿qué hacían todos ellos aplaudiéndome a mí? En un parpadeo me convertí en símbolo para la nación. Representar al Paraguay es un orgullo enorme”, confesó.
Su primera experiencia internacional en monoplazas fue en Brasil, pero el gran salto llegó en Francia, donde debutó en la Fórmula 3 Regional. Allí rozó el podio, peleando con pilotos experimentados, y terminó con un sólido cuarto lugar.
Aunque reconoce que competir en Europa supone una presión enorme, aprendió a gestionarla con calma:“Me repito siempre lo mismo: estar tranquilo. No sobrepensar las cosas. Los errores son parte del aprendizaje”.
También es consciente de las diferencias entre Paraguay y Europa en términos de infraestructura y recursos: “En Europa los pilotos tienen muchas más pistas para entrenar y las condiciones de seguridad son muy superiores. En Paraguay tenemos grandes pilotos, pero pocas pistas. Es un alivio saber que pronto se construirá un nuevo kartódromo homologado por la FIA”, dijo con esperanza.
Competir afuera significa también llevar la tricolor en cada carrera: “Representar a mi país es algo difícil de describir. Poder estar en el podio y ver izar la bandera paraguaya da pirí”, reconoció con emoción.
Detrás del piloto hay disciplina. Para su preparación física, trabaja con Fede Duré, profesor de MMA, enfocándose en resistencia. En lo mental, combina sesiones de simulador con técnicas de respiración y concentración antes de cada carrera: “Me aíslo del ruido y escucho mi respiración. Eso me mantiene en control”.
Su sueño está claro: la Fórmula 1. El horizonte está definido: “El sueño de cualquier piloto siempre será la Fórmula 1, y ese es mi objetivo”, aseguró Mateo.
Para ello, junto a su padre ya buscan apoyos financieros que le permitan seguir escalando. Su meta inmediata es correr en la Fórmula Regional Europea (FRECA) en 2026, un campeonato que exige un presupuesto de alrededor de 700.000 euros. El desafío es grande, pero la convicción es aún mayor.
De aquel niño que corría en los karts de Luque al joven que hoy acelera en circuitos europeos, Mateo Valente encarna la mezcla perfecta de talento, disciplina y sueños grandes. Y lo hace con algo invaluable: el orgullo de representar al Paraguay en cada curva.
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