“El origen de Joko se remonta al 2020. Tras presenciar devastadores incendios decidí investigar cómo reducir la vegetación seca durante la temporada de sequía a través de quemas controladas. Sin embargo, la aplicación de esta técnica no resolvía por completo el problema, ya que los incendios seguían generándose y propagándose rápidamente. Durante esa investigación, me di cuenta de que la mayoría de los productos retardantes contenían sulfato de amonio que, al mezclarse con el agua y el suelo, podía generar consecuencias negativas en los ecosistemas”, comentó José Mongelós
Tras casi tres años de investigación y de formular la composición, comenzaron los ensayos con pequeños ganaderos, productores y brigadas de bomberos forestales. Estas pruebas fueron esenciales para optimizar la fórmula y garantizar su efectividad en condiciones reales.
Joko mostró una alta capacidad para retardar la propagación de incendios, manteniéndose activo durante semanas o meses, incluso bajo condiciones climáticas extremas, como la sequía. Esta característica preventiva es crucial en zonas rurales, donde muchas veces los incendios se generan por accidentes como cortocircuitos en líneas eléctricas.
“A diferencia de otros retardantes de fuego, Joko utiliza calcio y magnesio como principios activos, lo que lo convierte en un producto no tóxico, seguro para su aplicación en suelos y aguas. Joko ayuda a sofocar las llamas y una vez aplicado y, tras las lluvias, estos minerales se filtran al suelo, actuando como un fertilizante natural que mejora la calidad del terreno”, explicó Mongelós.
Esta doble funcionalidad convierte a Joko en una herramienta clave para prevenir y combatir incendios, y para restaurar el equilibrio de las zonas afectadas. Durante el proceso de creación de Joko José y Manuel se enfrentaron a múltiples barreras, particularmente en términos de infraestructura industrial y acceso a información especializada.
Aunque buscaron apoyo en entidades gubernamentales, el proyecto se desarrolló de manera independiente, sin financiación institucional significativa. Sin embargo, lograron establecer una planta de producción en Luque donde operan con un equipo reducido de tres personas y una capacidad de producción que puede alcanzar 300.000 litros mensuales.
“Joko demostró ser una solución efectiva para combatir incendios forestales y una herramienta para mitigar los efectos negativos del humo y la destrucción de ecosistemas. El humo generado por los incendios tiene un impacto grave en la salud humana y el medioambiente. A corto plazo puede causar problemas respiratorios, mientras que a largo plazo contribuye a la formación de lluvia ácida, que daña aún más la flora, la fauna y los cuerpos de agua”, enfatizó Mongelós.
Este producto busca generar conciencia sobre la importancia de la prevención. José subrayó que Joko es una solución que debe ser utilizada de manera conjunta con un cambio en la mentalidad colectiva. “La población necesita comprender los riesgos de las quemas descontroladas, especialmente en épocas de sequía extrema, cuando la vegetación seca se convierte en un combustible altamente inflamable”, dijo.
Joko está disponible en presentaciones de 20 litros y tanques de 1.000 litros, estos últimos recomendados para grandes áreas forestales. El equipo también comenzó a trabajar en la expansión de su mercado. La empresa ya realizó donaciones a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) para combatir incendios recientes en la región de Chovoreca.
El equipo detrás de Joko planea ampliar su campo de acción, especialmente en el área de prevención de incendios. José y Manuel están trabajando en estrategias para utilizar Joko de manera preventiva en comunidades vulnerables, como las indígenas que habitan en zonas cercanas a áreas propensas a incendios. “La idea es ofrecer una solución que proteja a estas comunidades antes de que ocurra un desastre, en lugar de esperar a actuar una vez que el fuego se propague”, manifestaron.
Además, buscan desarrollar más productos y tecnologías centradas en la protección de ecosistemas, alineándose con la creciente demanda de soluciones sostenibles a nivel global. A largo plazo, Joko pretende convertirse en un referente dentro del mercado internacional de productos ecológicos para la lucha contra incendios, posicionando a Paraguay como un país innovador en esta área.
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