Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), fue enfático al señalar que la infraestructura humana es tan vital como la física o energética. "La industria del futuro necesita de mandos medios calificados. La formación de alto nivel también debe ser un pilar, necesitamos más escuelas de negocios y programas técnicos especializados que respondan a las demandas reales de las fábricas modernas", afirmó. Este déficit, según Duarte, limita la productividad y la capacidad de innovación de las empresas locales.
Sin embargo, el camino hacia esa industria del futuro está pavimentado con desafíos inmediatos que el Estado debe resolver. Duarte fue contundente al reclamar que el Estado debe cumplir en tiempo y forma con la industria y los proveedores. Esta puntualidad en los pagos es el combustible que mantiene en movimiento el circuito productivo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (mipymes) que actúan como proveedoras.
La seguridad jurídica y el respeto a la libre competencia fueron señalados por Duarte como los cimientos no negociables para atraer inversiones. Como uno de los temas más apremiantes, el presidente de la UIP nombró a la crisis energética. Duarte criticó la falta de previsión.
"En décadas no logramos instalar fuentes de generación de energía, algo que se tenía que prever. La inversión privada tiene que ser parte de la solución". Abogó por tarifas "basadas en costos estandarizados" y remarcó que no se puede depender solo de un solo recurso.
"Hay que invertir en tecnología y digitalización para que Paraguay pueda integrarse al mundo", agregó Duarte.
En este sentido, destacó dos oportunidades históricas que el país no puede desaprovechar: el acuerdo de asociación con la Unión Europea, "fundamental para la industrialización", y la exploración del potencial de la hidrovía Paraguay-Paraná como corredor logístico vital.
Desde el estado, Marco Riquelme, viceministro de Industria, elevó el discurso conectando la industria con la soberanía nacional. "Durante momentos críticos como la pandemia de Covid-19 nosotros fuimos autosustentables. Contamos con la soberanía que da la industria es intelectual, alimentaria y sanitaria", afirmó. Hizo un llamado patriótico al consumo interno, diciendo que Paraguay tiene que comprar productos paraguayos, aunque salga un poco más caro.
Riquelme también puso el foco en las mipymes, afirmando que se debe facilitar que sean también proveedores industriales, integrando cadenas de valor más largas y robustas. Además, propuso usar al sector como herramienta de inclusión: "Se tiene que hacer programas de reinserción social usando la industria, en especial en rubros como textiles", complementó
Para materializar esta visión, el viceministro se refirió a herramientas legales clave que fueron sancionadas por el congreso recientemente, como la Ley de Maquila, y la flexibilización fiscal para inversores y la ley de ensamblaje.
Flexibilización tributaria no es suficiente para potenciar la industria
Por su parte, el economista y director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía (Cadep), Fernando Masi, autor del libro Ser Industrial en Paraguay, recordó que en esta nueva etapa democrática Paraguay comenzó a despegar en términos de industria. Sostuvo que desarrollamos la agroindustria como la soja y derivados, la carne refrigerada y el azúcar orgánico.
"Los productos que exportamos son de poco valor agregado pero representan el 50% de las exportaciones locales", recordó. El economista dijo que lo que pasó con la industria más pesada fue que su crecimiento fue más lento, aunque cada vez más hacen más peso dentro de los números generales. Plásticos, industrias farmacéuticas y autopartes serían los rubros, que crecieron con la ley de maquila, con las zonas francas y la ley 60/90.
Por otro lado, en términos de inversión extranjera, Masi añadió que el dinero que llegó fue concentrándose en el sector de los servicios. “Desde el 2010 en adelante la industria comenzó a recibir más capital, tanto en el agronegocio como en maquila. Tejidos, calzados y autopartes destacan”, complementó.
A pesar de las facilidades tributarias, la IED no llega a ser importante, por más que haya crecido en la industria, no es importante como debería ser. Masi expresó que está demostrado que este tipo de incentivos no mueven mucho la aguja de las inversiones, más bien, lo que hacen es sacarle al Estado recursos. “Ahora con las leyes aprobadas por el Congreso e incentivadas por Santiago Peña, este fenómeno se profundizará”, culminó.
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