Entre los preparativos para la competencia, Insfrán explicó que entrenó en las instalaciones del Club Deportivo Puerto Sajonia, y en Torres Elite Training, y que incluso en algunas jornadas contaba con dos y hasta cuatro sesiones.
El proceso estuvo a cargo del entrenador Thiago Gómez, en quien el atleta puso su voto de confianza “y ahí está el resultado. Trabajamos en muchas sesiones de fondo, y sesiones intensas más cerca de la competencia, con mucha velocidad y sobre todo tolerancia al ácido láctico”, reconoció.
Dedicado a todos los que la reman
Sobre las sensaciones tras el gran logro, Javier afirmó: “En el momento no lo podía creer, no cabía en mí la felicidad, pero a medida que se acercaba la ceremonia de premiación sentí mucha alegría y mucho orgullo”.
“Esta medalla va dedicada a todas las personas que – así como yo la remo- también la reman diariamente, es para todo el pueblo y para todos los que nos dejaron en este tiempo y que sé que nos miran desde arriba”, agregó.
Falta de infraestructura, el desafío
Consultado sobre cuál es la mayor dificultad para quienes practican este deporte, Javier dijo que es la infraestructura. “No tenemos una pista como tal donde poder entrenar, necesitamos una cancha y un galpón como corresponde al lado de la bahía”, aseguró. Sobre esto último manifestó que la ubicación actual de este espacio ha sido causa de accidentes debido a que deben trasladar a cuestas sus equipos.
Agradeció el apoyo por parte del Gobierno a través de la Secretaría Nacional de Deportes que, junto con el Comité Olímpico Paraguayo “y con la nueva directiva de la Federación se están juntando para apoyarnos por eso el remo paraguayo está en auge, está creciendo y está sobresaliendo a nivel internacional”, finalizó el atleta.
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