Rodríguez es tecnólogo en alimentos, con especialización en cacao y chocolate. En Venezuela, su país natal, la tradición cacaotera tiene más de 400 años, y ese conocimiento ancestral lo trajo consigo a Paraguay. “Cuando llegué, noté que no había una cultura fuerte sobre el cacao ni sobre lo que implica un buen chocolate. Por eso decidí arrancar este proyecto”, comentó en entrevista con InfoNegocios.
Actualmente, Cacao Legacy produce unas 1.000 barras de chocolate al mes, lo que representa ingresos mensuales cercanos a G. 25 millones. A pesar del volumen relativamente pequeño, el modelo de producción por microlotes le permite cuidar cada detalle del proceso: desde la selección manual de granos hasta el tostado por tamaño, fundamental para evitar sabores amargos o ácidos.
Los granos que utiliza provienen de una hacienda brasileña con más de 200 años de tradición, ya que importar desde Venezuela implicaría comprar medio contenedor, algo inviable para su escala actual. El cacao se paga a un precio que ronda entre 105 y 115 reales por kilo, una inversión que, según Rodríguez, vale cada centavo para asegurar la calidad.
Entre los productos que ofrece se destacan las barras de chocolate oscuro al 70%, 82% y 100%, además de creaciones como el “chocolate dorado”, un chocolate blanco caramelizado que recuerda al dulce de leche y que, junto con el 70%, son los más vendidos. También comercializa avellanas y cáscaras de naranja confitadas bañadas en chocolate, así como pastas untables.
Además de producir, Rodríguez forma nuevos chocolateros. Desde hace dos años dicta un curso de cinco meses que ya sumó más de 60 alumnos anuales en Asunción, Ciudad del Este y Encarnación. “Tengo desde empresarios hasta estudiantes de gastronomía. Algunos llegan sin saber nada y terminan emprendiendo su propia marca”, destacó.
Su enfoque sigue la tendencia bean to bar (del grano a la barra), que busca preservar los sabores naturales del cacao y trabajar con ingredientes mínimos: cacao, manteca de cacao y azúcar. “Algunos chocolates industriales tienen hasta 20 ingredientes. Nosotros trabajamos con tres o cuatro como máximo”, aclaró.
Aunque por ahora las ventas son exclusivamente en el mercado local y en línea, Cacao Legacy planea abrir su primera tienda física el próximo mes, lo que permitirá al público conocer el proceso de elaboración y probar los productos directamente en el lugar. También tienen prevista la compra de una nueva máquina Melania, con mayor capacidad para seguir escalando la producción.
El emprendimiento arrancó con una inversión inicial de G. 15 millones que rápidamente se pudo recuperar. Hoy, la microfábrica emplea a dos personas y tiene planes concretos de expansión. “Queremos seguir educando y apostando al consumo consciente de chocolate en Paraguay. Aún hay mucho por crecer, pero el interés del público va en aumento”, aseguró.
Este 7 de julio, Día Mundial del Chocolate, Paraguay no se quedó atrás en la celebración. Gracias a iniciativas como Cacao Legacy, el país empieza a escribir su propio capítulo en la historia de este alimento que, más allá de ser un placer, se convierte en cultura, arte y negocio.
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