Las áreas protegidas cumplen un rol clave en la conservación de ecosistemas únicos y vulnerables, como los del Chaco paraguayo, y representan una oportunidad económica a través del turismo sustentable. En este sentido, según Lilian Portillo, directora de planificación estratégica del MADES comentó que, desde la entidad están potenciando zonas de alta afluencia de visitantes como Ybycuí, Cerro Corá, la apertura reciente de Moisés Bertoni, Caazapá y el monumento Cerro Kõi. Estos espacios reciben turistas, y se convirtieron en aulas vivientes para estudiantes y universitarios que realizan pasantías y estudios de campo.
Uno de los ejes transversales del trabajo del MADES es la educación ambiental, con el innovador programa "La naturaleza como mi mejor escuela". Portillo adelantó que este programa busca inculcar valores en los niños y jóvenes, promoviendo la concienciación sobre la importancia del medio ambiente. “Queremos que los chicos y los jóvenes aprendan a cuidar la naturaleza, pero conociendo su valor”, afirmó.
El enfoque educativo también está orientado a fortalecer la relación entre las comunidades y las áreas de amortiguamiento de los parques nacionales. Esto es crucial para garantizar que la protección de la biodiversidad se mantenga sin perjudicar el desarrollo local.
Las áreas protegidas del país cuentan con planes de manejo ejecutados por guardaparques. Una de las metas prioritarias del MADES es fortalecer la capacidad operativa de estos profesionales para garantizar la efectiva implementación de dichos planes. Además, se trabajará en la conservación de los entornos de las áreas protegidas, mediante la colaboración con las comunidades locales.
“El desarrollo sostenible no significa frenar la actividad económica, sino encontrar maneras de armonizar la producción con la conservación”, destacó Portillo. Por ello, están promoviendo la implementación de actividades sostenibles en las áreas de amortiguamiento de los parques nacionales, permitiendo a las comunidades generar ingresos sin afectar negativamente el medio ambiente.
Uno de los pilares de la gestión ambiental del MADES es la colaboración con el sector privado. A través de la Plataforma de Desarrollo Sostenible, el ministerio impulsa el diálogo y el intercambio de buenas prácticas con actores clave como la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y la Asociación Rural del Paraguay (ARP).
La plataforma reúne a diversos sectores, incluyendo la academia, comunidades indígenas, organizaciones de mujeres y campesinos, con el objetivo de diseñar estrategias conjuntas para el desarrollo sostenible. “Queremos que el sector productivo participe activamente en la protección del medio ambiente, demostrando que es posible crecer sin dañar nuestros recursos naturales”, subrayó Lilian.
Otro eje es el monitoreo de la calidad del aire. La institución cuenta con sensores que realizan un seguimiento continuo de la contaminación atmosférica, actualmente la calidad del aire a nivel central se encuentra en parámetros buenos (índice de calidad 36). Para este año, el Ministerio prevé ampliar su red de monitoreo, instalando nuevos sensores en áreas estratégicas del país.
En cuanto al acceso al agua, el MADES, como autoridad de recursos hídricos, está trabajando en conjunto con otras instituciones para garantizar el acceso a agua limpia y segura, especialmente en comunidades vulnerables. A través del monitoreo y fiscalización de los recursos hídricos, se busca prevenir la contaminación y asegurar el uso sostenible de los mismos.
Un caso emblemático es el del río Tebicuary, donde se está implementando un sistema piloto de monitoreo para evaluar el estado de su caudal y calidad del agua. Además, la entidad continuará con estudios en otras cuencas hidrográficas como el río Aquidabán, Pilcomayo, Pirapó y el lago Ypacaraí.
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