La Semana Nacional de la Educación Financiera se celebra en Paraguay cada año durante la segunda semana de marzo. Esta iniciativa fue establecida mediante el Decreto N° 6765/2017, emitido el 3 de febrero de 2017, con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de la educación financiera y promover el uso adecuado de productos y servicios financieros.
La economista y organizadora de finanzas, Guagua Ruffinelli, destacó que uno de los principales indicadores del avance en educación financiera en Paraguay es el creciente proceso de bancarización. Si bien hoy existen alternativas más accesibles para abrir una cuenta bancaria, se observa que cada vez más personas desean formalizarse y utilizar servicios financieros, como realizar transferencias.
Según datos del Banco Central del Paraguay, a diciembre de 2024, el país registraba un total de 9.898.697 cuentas de depósito, que incluyen ahorro programado, ahorro a la vista, ahorro a plazo, cuentas básicas, cuentas corrientes y otras modalidades. Cabe aclarar que un mismo cliente puede poseer múltiples tipos de cuentas, pero al comparar esta cifra con diciembre de 2020, se observa un crecimiento del 126% en los últimos cinco años.
Otro indicador clave es el acceso a productos financieros formales, lo que refleja una migración desde la informalidad hacia opciones más estructuradas. En este sentido, Ruffinelli señaló el crecimiento sostenido de los programas de ahorro programado, cuya cantidad de participantes aumenta cada año. Cada vez más personas recurren a esta herramienta para planificar gastos específicos, como la celebración de un cumpleaños o un viaje, lo que demuestra una mayor comprensión y aplicación de conceptos financieros.
Asimismo, la experta resaltó el creciente interés en las inversiones, indicando que muchas personas están perdiendo el miedo a invertir y explorando oportunidades con montos accesibles. “Una cosa es que vos tengas la posibilidad de invertir y otra es que vos decidas invertir. Si vos decidiste usarlo es porque tenés el mínimo conocimiento de cómo funciona. Entonces, ahí es donde veo que realmente estamos avanzando”, resaltó.
Barreras
Una persona con poca educación financiera enfrenta múltiples barreras y desafíos. Uno de los mayores obstáculos en Paraguay, según la experta, es la creencia limitante de que invertir o ahorrar es inaccesible para ciertas personas, incluso aquellas con buenos ingresos. "Muchas veces, quienes tienen una buena estabilidad económica consideran que invertir es imposible, cuando en realidad el problema radica en la falta de conocimiento y confianza en las oportunidades existentes", señaló.
El rol del Estado
El Estado y el sector privado juegan un papel clave en la promoción de la educación financiera. Según la economista, aunque el Estado no debe asumir toda la responsabilidad, sí debería ser más activo, ya que una población financieramente educada impulsa el progreso y la formalización de los negocios, lo que favorece la economía nacional.
Asimismo, el sector privado, especialmente las empresas, contribuye significativamente. Ruffinelli destacó que los empleados con mayor estabilidad financiera mejoran su desempeño laboral y su compromiso con la empresa.
“Para mí, promover e impulsar la educación financiera es entender que a todos nos beneficia y que genera un efecto multiplicador, ya sea en el sector público como en el privado”, comentó.
Una mayor educación financiera no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece la economía del país. Explicó que cuando las personas comprenden mejor sus finanzas, comienzan a cuestionar cómo se administran los impuestos y a exigir una mejor gestión de los recursos públicos, lo que puede influir en la toma de decisiones y en la elección de gobernantes más eficientes.
Asimismo, destacó el impacto en el sector empresarial. Un pequeño emprendedor que adquiere conocimientos financieros tiene más posibilidades de expandir su negocio, generar empleo formal y contribuir al desarrollo económico.
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