La construcción de la hidroeléctrica de Yacyretá cambió definitivamente el perfil urbanístico de Encarnación y, además de convertirla en una ciudad balnearia y ávida de visitar por turistas, le dio nuevos terrenos, que se convirtieron en un imán para los desarrolladores inmobiliarios. ¿Y cuál es la falencia? La ordenanza que rige el ordenamiento urbano es de 1994 y todavía no hay un cuerpo reglamentario actualizado de acuerdo a la nueva realidad.
“Entre 2005 y 2012 Encarnación tuvo un proceso de transformación urbana muy grande por la subida del embalse de Yacyretá. Con unas 10.000 familias relocalizadas y la pérdida del centro histórico, más la incorporación de la defensa costera con 27 km de costanera, la ciudad creció sin ningún plan de desarrollo sustentable ni de reordenamiento urbano y territorial como lo exige la ley orgánica municipal”, afirmó Keiji Ishibashi, concejal comunal.
La ordenanza municipal vigente es la Nº 292/94 que establece la zonificación y el uso del suelo en el distrito de Encarnación. En la normativa se identifica tres zonas por densidad de habitantes. La de Zona de Alta Densidad está delimitada por las avenidas Bernardino Caballero, Irrazábal, Pedro J. Caballero y Antequera, y corresponde al centro; el perímetro que lo rodea es la Zona de Media Densidad y la zona costera es de Baja Densidad.
“Los subembalses de Yacyretá crearon espacios de áreas verdes que ahora forman parte del paisaje urbano. Surgieron vistas potenciales para desarrollar inversiones en zonas costeras, que son de baja densidad y contiguas a las zonas recuperadas con vista al rio. Hay interés en aprovechar eso y hacer inversiones de desarrollo inmobiliario, pero la ordenanza no permite la aprobación directa”, señaló Juan Ángel Aguilera, director de Desarrollo Urbano y Territorial de la municipalidad de Encarnación.
En la Zona de Alta Densidad está permitida la construcción de edificios sin límite de altura, restricción que sí afecta a las otras zonas, donde –sin embargo- se erigieron construcciones por la vía de la excepción. Una docena de edificios fueron aprobados entre 2016 y 2019 mediante ese recurso.
Pero hay un plan, el denominado Encarnación Más, que prevé el desarrollo sustentable de la ciudad, y también hay un proyecto de ordenanza, pendiente de aprobación, ajustado a los criterios contenidos en el documento, con nuevas zonas de alta densidad, que presentan un escenario muy favorable para el desarrollo.
“Eso puede mejorar el tránsito, redirigir los itinerarios del transporte público para que sirvan a las nuevas densidades, se puede estudiar la capacidad de la infraestructura de saneamiento existente y mejorarla antes de que empiecen a consolidarse los edificios de alta densidad, para que la calidad de vida no se vea afectada por los nuevos desarrollos, y sin generar una ciudad amurallada”, agregó Ishibashi.
El profesional destacó que hay más de 200 hectáreas del ejido urbano donde si están permitidos los edificios en altura. “Pero la mayoría quiere esta frente a la costanera. Encarnación sigue siendo interesante para el desarrollo inmobiliario, pero también tenemos que trabajar para que el encarnaceno no se vea expulsado. La ciudad tiene una oportunidad para regular, compitiendo en el mercado, porque tiene un montón de suelo donde se puede invertir” indicó.
Con su transformación Encarnación ganó, en la ex Zona Baja, 85 hectáreas de suelo donde el plan de desarrollo sustentable propone un nuevo centro paisajístico, y en torno a él una zona de edificios de densidad media alta ocupando solo el 30%, y el resto como espacio público.
“En el corto plazo hay regulaciones nuevas, con innovaciones en el formato de la ordenanza como para que sea transparente y accesible y se pueda ir acompañando de manera ordenada esta atracción que tiene Encarnación para las inversiones”, recalcó Ishibashi.
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