El presidente de la Cavialpa señaló que Paraguay posee un déficit en infraestructura de casi US$ 30.000 millones. Recordó que en 2020 y 2021 se llegó a un pico de inversión pública de US$ 1.100 a US$ 1.200 millones, que es lo mínimo para un país como Paraguay, un 3% del PIB; aunque ahora se necesita llegar al 4% del PIB para nivelar el déficit, es decir una inversión de entre US$ 1.600 y US$ 2.000 millones.
Cavialpa a su vez, rememoró que hace 10 años se invertía US$ 250 millones anuales. Sin embargo, el año pasado se redujo a cerca de US$ 800 millones, y en este 2023 se estima una caída del sector del orden del 4%. Cabe recordar que en la actualidad el sector vial representa solo el 2% del PIB para este año.
“La deuda que hoy golpea al sector se traduce en desempleo, dificultades en la cadena de pago, caída de los compromisos asumidos en equipamientos e incertidumbre sobre el futuro ante la aparente paralización de las licitaciones”, lamentó Sarubbi.
El Estado adeuda a las constructoras más de US$ 300 millones, y su incumplimiento ocasiona perjuicios a las contratistas, pues los compromisos financieros asumidos por estas siguen generando intereses. Sobre el punto, el presidente de la República Santiago Peña, expresó que plantearon al Congreso una ley de regularización de pagos al sector.
¿Cómo hacer para reactivar al sector?
Sarubbi manifestó que con decisión política y capacidad profesional se podrá zanjar el problema. “La emisión de bonos y endeudamiento son herramientas para impulsar la inversión, pero deben formar parte de una combinación adecuada. Hay que reducir y hacer eficiente el gasto corriente, ya que los impuestos no son una bolsa sin fondo a la que se puede acudir irresponsablemente”, significó.
En este sentido, valoró el compromiso de la nueva administración de Gobierno de no aumentar impuestos y trabajar por la calidad del gasto público. Además, instó a seguir utilizando otras herramientas disponibles, como las concesiones, APP y la ley de llave en mano.
“Es justo reconocer que desde hace 10 años se está produciendo un cambio significativo en la inversión estatal en infraestructura y que este cambio ya se nota, aunque incipiente, en la red vial asfaltada, que se ha triplicado”, expuso. No obstante, el 85% de los caminos de Paraguay son de tierra, una brecha aún muy grande que hay que reducir.
Recordó que hace 10 años teníamos dos puentes nacionales sobre el río Paraguay y hoy tenemos tres que apuntan a potenciar el Chaco, una región que -a criterio del empresario- es el nuevo Itaipú para el desarrollo del país. Paralelamente, contó que se encuentra en construcción un cuarto puente y en proyecto un quinto.
Aseveró que si bien nunca han tenido un entorno de previsibilidad para invertir y desarrollar el sector, hoy el marco es distinto. “Hoy en Paraguay hay un entorno empresarial de constructores de altísima capacidad profesional, con conocimientos técnicos y soporte financiero que no todos los países poseen; son empresas familiares, algunas ya de segunda o tercera generación, que creen en el país y siguen invirtiendo a pesar de las dificultades e incertidumbres”, aseguró.
Impacto económico en el país
El concepto de infraestructura ha cambiado radicalmente, apuntó el dirigente gremial. “Y para ilustrarlo, quiero enfocarme en la gente, las personas. Necesitan salud, y lo básico para la prevención son las redes de distribución de agua potable y de recolección de residuos cloacales. Los hospitales son el siguiente paso para el cuidado de la salud, como pudimos ver con dolor durante la pandemia”, agregó.
Igualmente, agregó que las personas necesitan viviendas y para poder satisfacer esas necesidades es imprescindible llevar adelante desarrollos urbanos, institucionales y soluciones que en varios casos solo el Estado puede aportar.
“Las personas necesitan educación con edificios adecuados y equipamiento moderno para que los docentes puedan hacer lo suyo. Creemos que un cambio significativo será concentrar recursos en centros de alta complejidad y acercar a ellos a los alumnos”, enfatizó. Alta complejidad implica servicios de energía e internet que llegan a todos los rincones del Paraguay.
“Las personas necesitan trabajar, producir y comercializar sus productos. El campo necesita energía eléctrica abundante y disponible, rutas para transportar insumos y mover los alimentos que Paraguay produce con alta eficiencia. Necesitan puertos para llevarlos al mundo”, sostuvo y consideró que las personas necesitan seguridad, y que la institución policial -a su vez - necesita locales adecuados y en los sitios necesarios.
“En la mayoría de estos casos, la operación y mantenimiento de todo este rango de infraestructura escapa a la capacidad del Estado y requiere la agilidad y eficiencia en los recursos que caracterizan al sector privado”, puntualizó.
Evaluó que con buenos sistemas de control y la combinación de gestión estatal y privada, se resolverán mejor los diarios problemas diarios para la operación y mantenimiento que se plantean en todo tipo de estructuras.
“En muchos casos, el concepto de quien usa paga, como el peaje por ejemplo, aporta justicia y eficiencia. Las empresas de Cavialpa tienen el conocimiento y la experiencia para construir y mantener toda la infraestructura”, aseveró.
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