Se trata de una serie de vuelos experimentales, pioneros en España, que Indra ha llevado a cabo en espacio aéreo no segregado con un dron de 1,25 toneladas de peso y 11 metros de envergadura.
Ningún otro UAV de nuevo desarrollo había obtenido antes permiso para realizar unos vuelos como estos, lo que marca un hito para la aviación española y supone un paso adelante para el desarrollo de este sector.
El primero de ellos se realizó el pasado 24 de junio y con él se dio inicio a una serie de pruebas que se han extendido durante las últimas dos semanas. Todas ellas se llevaron a cabo bajo las condiciones de vuelo aprobadas por la Agencia Europea para Seguridad Aérea (EASA) y con el permiso de vuelo emitido por la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA) española que autoriza su experimentación.
Se estableció además un protocolo especial de comunicación con el control aéreo del aeropuerto de Santiago de Compostela.
A bordo del Targus, el piloto de pruebas se encargó de realizar la maniobra de despegue para, una vez en el aire, ceder a la estación de control en tierra el mando de la aeronave.
Los ingenieros de Indra y Gaerum se encargaron de verificar que todos los sistemas de control de vuelo y sensores funcionaran correctamente.
Con este importante logro, Indra completa en plazo uno de los hitos más complejos y exigentes de las Civil UAVs Initiative, situando a Galicia a la cabeza en el desarrollo de drones en Europa.
Solamente obtener la aprobación de las condiciones de vuelo para un OPV por parte de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para volar supone un éxito de gran importancia, ya que se trata de un proceso que nunca antes se había llevado a cabo y que aporta una experiencia y ventaja competitiva de cara al futuro.
La acertada estrategia de Indra de desarrollar un dron que puede llevar a un piloto en cabina, que tome los mandos o ceda el control a la estación de tierra según convenga, ha permitido avanzar en este proyecto a una enorme velocidad.
También supone una gran ventaja operativa para los futuros usuarios, que podrán sobrevolar zonas urbanas o aterrizar en aeropuertos sin restricciones de forma tripulada y volar sin piloto al llegar a la zona de operaciones. Este doble uso refuerza notablemente el atractivo comercial y las capacidades del Targus.
El proyecto afronta ahora el último tramo para completar el desarrollo del OPV este mismo año. El Targus se convertirá entonces en la aeronave más eficaz y avanzada para realizar misiones de vigilancia y salvamento marítimo, control de caladeros, protección medioambiental, detección de vertidos en el mar, control del uso del suelo, del patrimonio y apoyo en la lucha contra el fuego.
Fuente: aeronauticapy.com
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