El fin no siempre es buscar un sentido económico inmediato. Sin embargo, cada vez más clientes paraguayos deciden adentrarse en esta aventura que, más que una reparación mecánica, parece ser un proyecto de vida movido por la pasión y muchas veces, por el valor sentimental de preservar un legado.
Este taller tiene una especialidad bien definida y es la de devolverle el alma a los vehículos antiguos, allí simplemente no hay lista de precios ni cronogramas cerrados, lo que hay son sueños sobre ruedas "Una restauración puede costar US$ 30.000 o 35.000 fácilmente, y eso en un auto que ni siquiera estaba tan deteriorado", aseguró Ramírez.
Los clientes suelen tener más un vehículo en su colección, trabajan por proyectos y avanzan por etapas, pues el proceso no es estandarizado, sino más bien artesanal y totalmente personalizado. Porque cada vehículo es único y con necesidades distintas, por ejemplo, puede implicar desarmar completamente el auto, separar chasis de carrocería, importar piezas desde Estados Unidos o Europa y volver a ensamblarlo pieza por pieza.
“Cada restauración depende del nivel al que se quiere llegar. Si es full, se desarma todo. Si es solo chapería, tapicería o motor, se trabaja por secciones”, explicó Ramírez. Pero a su vez advirtió que lo que se ve a simple vista muchas veces no refleja el verdadero estado del vehículo. “Hay productos que enmascaran la chapa, la salud del metal. Solo al desarmar se sabe la realidad”.
Por otro lado, también enfatizó que en este rubro no todo vale, es decir, en el taller mantienen un enfoque que busca transmitir la esencia del vehículo clásico y no realizan modificaciones modernas que no vayan con el estilo. “Nosotros no ponemos sistemas de suspensión actualizados ni modernizamos interiores. Defendemos la esencia del vehículo clásico y educamos al cliente para que lo valore”.
Un punto importante a tener en cuenta es la dificultad que tienen en cuanto a repuestos, es algo que el mercado local no abastece a este nicho, y muchas veces hay que importar o incluso adaptar piezas cuando estas ya no se fabrican.
Aun así, hay modelos que por su “rareza” ya se consideran vehículos de inversión como aquellos cuya restauración puede aumentar demasiado su valor dentro del mercado internacional.
El mercado de autos clásicos es una inversión emocional que va de la mano con la nostalgia, exclusividad y el arte mecánico, sobre todo para aquellos que aprecian la historia de cada vehículo y heredan un legado porque llegar al resultado final tiene varias implicancias, sin dudas, no es un camino fácil, según Ramírez.
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