Richard Gaona comentó que en el proceso productivo en Itá Green emplean el sistema NFT (Nutrient Film Technique), que consiste en una delgada película de agua nutritiva que circula constantemente por un sistema de tuberías. Este método no solo permite que las raíces de las plantas obtengan los nutrientes necesarios, sino que también asegura la reutilización del agua.
Según Gaona, esta práctica tiene la capacidad de recircular el agua permitiendo que el cultivo de hortalizas, como lechugas, se realice con un consumo hídrico significativamente menor que en la agricultura tradicional.
El ciclo de vida de las plantas en el sistema NFT es de aproximadamente 45 días, tras los cuales las hortalizas están listas para la cosecha. En comparación con los métodos convencionales, donde el tiempo de cultivo suele ser más prolongado, la hidroponía se presenta como una alternativa más rápida y eficiente. Esto resulta atractivo para los consumidores, que obtienen productos frescos en menos tiempo, y también para los productores, quienes pueden maximizar su rendimiento en menor espacio.
“Actualmente producimos alrededor de 17.000 plantas al mes, abarcando una amplia variedad de hortalizas. La elección de las variedades se realiza en función del clima y las condiciones específicas de cada temporada. En los meses de mayor calor, por ejemplo, se seleccionan variedades más resistentes, garantizando así una producción constante y de calidad” indicó Gaona.
La comercialización de los productos de Itá Green se lleva a cabo a través de una red de distribución que incluye cadenas de mini supermercados y mercados locales, especialmente en Itauguá y sus alrededores.
Richard destacó que los supermercados aceptaron muy bien la hidroponía, gracias a la mayor durabilidad de las hortalizas producidas de esta manera. La posibilidad de conservar los productos frescos durante más tiempo después de la cosecha se traduce en una ventaja competitiva, favoreciendo la aceptación entre los consumidores.
Los precios de los productos hidropónicos oscilan entre G. 2.000 y G. 4.500 la unidad, dependiendo del punto de venta y otros factores logísticos. “Por ejemplo, la lechuga se ofrece a precios que van desde G. 2.000 hasta G. 2.500 para los revendedores, mientras que en supermercados puede alcanzar precios más altos. La albahaca, por su parte, se vende a G. 2.000 guaraníes la unidad, y la rúcula comienza desde G. 1.500” mencionó uno de los fundadores.
A pesar de sus numerosos beneficios, Itá Green enfrenta desafíos, especialmente en verano. La temporada de calor trae consigo un aumento en la presencia de plagas y enfermedades, lo que a su vez incrementa los costos de producción. Gaona dijo que durante estos meses la inversión necesaria para mantener el invernadero y garantizar la calidad del cultivo es considerablemente más alta. Esto se debe a que se requiere un monitoreo constante del agua y ajustes en la temperatura, así como un control más riguroso de las condiciones del invernadero. Esta realidad explica, en parte, por qué el precio de las lechugas puede aumentar en verano.
Para los interesados en emprender en el ámbito de la hidroponía, detalló que la inversión inicial puede variar significativamente. “Un invernadero de 360 m2, por ejemplo, puede costar alrededor de G. 150 millones. Las tuberías y otros materiales necesarios, muchos de los cuales, al menos los importados de Brasil, también representan un costo significativo”
Itá Green también ofrece cursos gratuitos y está abierta a recibir a estudiantes de diversas universidades y colegios. La primera tienda se encuentra en Itá y otro en Itauguá, donde los visitantes pueden adquirir sus productos. Además, los propietarios están abiertos a realizar visitas guiadas para grupos interesados en aprender sobre hidroponía y los beneficios de este sistema de cultivo.
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