Según contó Frank Regier, propietario de Yurumí, a InfoNegocios, ya procesaron más de 1 millón de kilos de poroto mungo en lo que va del año y estiman cerrar el ciclo con entre 30 y 40 contenedores listos para exportación. "Hasta ahora hicimos 10 contenedores, pero la meta es completar unos 40. Se cosechó bastante bien este año, sobre todo en zonas alrededor de la colonia, Campo Alegre, Mariscal Estigarribia, Infante Rivarola y La Patria", relató.
Si bien el poroto mungo no es autóctono del Chaco, se ha adaptado muy bien a las condiciones de la región, donde el suelo y el clima seco favorecen su cultivo. En años anteriores, su producción era esporádica debido a la falta de mercados firmes, pero en este 2025 la historia cambió. “Ahora hay empresas interesadas en su exportación y eso impulsó nuevamente la siembra. Estamos enviando a Taiwán, India y Vietnam”, comentó Regier.
Aunque aún no se concreta la venta en Sudamérica, la fuerte demanda en Asia compensa con creces la balanza comercial de este rubro. Regier explicó que, si bien él no está involucrado directamente en las negociaciones internacionales, su rol en la planta se centra en el procesamiento, limpieza y carga de los contenedores que luego parten hacia el exterior.
El boom del poroto mungo se da en un contexto de cierta incertidumbre para otros cultivos de la zona. “El sésamo está totalmente parado, no tiene mercado ahora, y el maíz está con precios muy bajos”, indicó. En contrapartida, otros productos como el maní siguen mostrando dinamismo, aunque con altibajos. “El año pasado el sésamo fue una estrella y muchos se lanzaron a cultivarlo, pero este año se cayó por completo”, lamentó.
Además del poroto mungo, la semillería Yurumí también trabaja con cultivos de cobertura como la avena negra, el centeno y el nabo forrajero, cruciales para mantener la salud del suelo durante el invierno. “Se siembran después de la soja, para no dejar la parcela vacía, y si el clima ayuda, algunos de estos granos incluso se destinan como alimento para animales”, explicó el empresario.
Otro cultivo que se está usando con fines de cobertura es la crotalaria, que mejora la estructura del suelo y previene la erosión, contribuyendo así a una agricultura chaqueña más sostenible.
Si bien aún no hay muchos productores dedicados al poroto mungo en el Chaco, los que apostaron por el cultivo lo hicieron con superficies importantes, lo que explica los buenos volúmenes logrados este semestre. Y si la tendencia se mantiene, podría convertirse en una alternativa rentable para los agricultores de la región.
“El poroto mungo tiene mucho potencial. El problema siempre fue el mercado, pero ahora que hay demanda firme, incluso se está probando con otras variedades de porotos. En Argentina también se cultiva mucho y se está viendo qué especies se adaptan mejor a nuestra zona”, señaló Regier.
Con más de 10 contenedores ya embarcados y otros 20 a 30 en camino, la semillería Yurumí demuestra que el Chaco no solo puede producir en gran escala, sino también acceder a mercados lejanos y exigentes. Y mientras otros rubros atraviesan momentos difíciles, el pequeño poroto mungo se posiciona como un gigante silencioso de la agroindustria chaqueña.
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