El comerciante Enrique Matalón abordaba el vuelo EA980 que salió de Asunción el 31 de diciembre de 1984 a las 19:57, que tenía como destino final Miami. Iba con su esposa, Leticia Ullón, y sus tres hijos, Vicente Enmanuel, Enrique y Leticia Arlette. Cuando el piloto se acercaba a su primera escala, perdió el control de la nave y se estrelló contra el monte Illimani a unos 6.000 metros de altura. Toda la familia Matalón falleció en el acto.
Don Enrique no se ocupó de su planeamiento sucesorio, anotándose así a una larga lista de personas a quienes el evento les sorprendió fatídicamente, dejando el destino de su legado a la suerte del sistema judicial. Sin un plan sucesorio, los herederos de los Matalón atravesaron un rosario de batallas judiciales a un costo altísimo para todos.
Cáncer. ACV. Accidentes. COVID. La lista de amenazas es larga y el resultado es siempre inesperado.
Resulta de vital importancia tener un planeamiento sucesorio para el eventual caso. Lo más probable es que te sorprendas con todos los activos tangibles e intangibles que tenés.
Claves
Las claves de un planeamiento sucesorio exitoso son:
· Hacer el inventario completo de activos y pasivos
· Elegir un buen asesor que será el futuro ejecutor sucesorio (albacea)
· Estructurar el patrimonio para eludir el proceso sucesorio en instancia judicial y para minimizar el impacto tributario para los herederos
El inventario
El inventario de activos y pasivos es el primer paso para llevar adelante un planeamiento sucesorio exitoso. Tener la lista detallada aporta claridad a los herederos sobre lo que hay y lo que se debe. De esta manera, nos aseguramos de que nuestros herederos conozcan correctamente nuestra situación patrimonial, de manera a que no sean víctimas de apropiaciones indebidas o de personas avivadas.
El inventario debe tener necesariamente:
- Activos corrientes y no corrientes
- Pasivos
- Seguros de vida y otros beneficios similares (cooperativa – tarjeta de crédito)
Elegir un ejecutor (albacea)
Elaborar el inventario es el primer paso, pero en sí no es suficiente. Es necesario elegir a un buen ejecutor sucesorio (albacea) quien podrá (o no) tener funciones legales específicas, pero cuya función más importante será poner la copia del inventario de bienes en conocimiento y a disposición de los herederos.
Al mismo tiempo, el albacea será el encargado de guiar a los herederos en el proceso de división del “acervo hereditario”, así como de reclamo de seguros de vida, y otros similares.
Estructurar el patrimonio en vida
Luego de haber realizado el inventario y la elección del albacea, el siguiente paso natural es estructurar el patrimonio en vida de manera a tener control sobre el destino de los bienes ante nuestra eventual incapacidad o muerte.
Las formas y las herramientas legales para hacer la estructuración del patrimonio varían mucho, dependiendo si se decide otorgar testamento o si se opta por hacer la partición en vida del acervo. También dependerá si la estructuración es realizada en plaza local (Paraguay) o si la misma se realiza en otras jurisdicciones, como la de EE.UU. o similares.
A esta altura, resulta fundamental acudir a un profesional del derecho cuyo asesoramiento será crucial para que el planeamiento sucesorio surta el efecto realmente deseado. En particular, el asesor deberá tener en cuenta los varios institutos críticos del derecho sucesorio paraguayo para que la estructuración no sea revocada más adelante por un juez.
Asimismo, deberá tener especial cuidado a los efectos de minimizar el impacto tributario del planeamiento sucesorio (IVA – IRP), fuera este a ser ejecutado en vida del causante, o inclusive luego de ocurrida su incapacidad.
Conclusiones
Memento Mori decían los romanos, cuya traducción literal es recuerda que morirás.
Si bien a nadie le gusta pensar en la muerte, la procrastinación es el mayor enemigo del planeamiento sucesorio. La planificación inadecuada o la falta de planificación puede dar lugar a disputas familiares, bienes que se pierden o que caen en las manos equivocadas, largos litigios judiciales y exceso de dinero pagado en impuestos sucesorios y en honorarios profesionales de abogados y peritos.
Así que elija un momento para comenzar, acuda a un profesional calificado y avance con su planeamiento sucesorio.
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