En 2024, el Día Internacional del Guanaco se centrará en la conectividad y la integridad ecológica, remarcando la importancia de impulsar redes de áreas protegidas interconectadas por corredores de vida silvestre.
En los últimos 200 años, la población de guanacos disminuyó de 20 millones a aproximadamente 2,5 millones. Actualmente, está presente en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú, pero su estado de conservación difiere de un país a otro. Concentra una mayor abundancia en el sur de Argentina y Chile, mientras que en Bolivia, Paraguay y Perú se encuentran poblaciones pequeñas y aisladas que corren riesgo de extinción local, como sucedió en Ecuador.
Según Frederick Bauer, director científico y de conservación de la Asociación para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS), “en Paraguay, el guanaco solamente se registró en el área conocida como Médanos del Chaco. Si bien esta zona es un área silvestre protegida, el Parque Nacional Médanos del Chaco, este territorio estuvo bajo la amenaza de prospecciones de hidrocarburos. Por otro lado, se sabe que pobladores locales de esa zona estuvieron cazando ejemplares de guanaco para su alimentación. Otra circunstancia que podría peligrar la supervivencia de los guanacos en el territorio paraguayo es la creciente amenaza al cambio climático, ya que la zona de los Médanos del Chaco es la zona más seca y árida del Paraguay”.
El guanaco depende de hábitats extensos y conectados para alimentarse, reproducirse y evitar depredadores. Además de contribuir a la conservación de la especie, sus movimientos son parte de procesos que permiten la regeneración de las pasturas y ayudan a los suelos a almacenar carbono, desempeñando un rol clave en la mitigación y adaptación al cambio climático, favoreciendo la integridad del ecosistema.
“Si bien en la actualidad se están realizando esfuerzos para mejorar la gestión de las áreas silvestres protegidas en la Reserva de la Biosfera del Chaco, esta gestión mejorada implicará la concienciación a los pobladores locales y por ende la protección de la fauna silvestre; sin embargo, aún sigue siendo un desafío importante el aclarar de qué forma se podrán mitigar los efectos del cambio climático en las zonas más áridas del país, y que de este modo afectarían a las especies amenazadas de esos sitios, entre ellas el guanaco”, indicó Bauer.
La mayor amenaza para los corredores ecológicos a nivel mundial se debe a la degradación del hábitat por el sobrepastoreo y la industrias minera, petrolera y energética, la colocación de barreras, como alambrados, rutas y urbanizaciones, y la escasez de agua y alimento por la crisis climática.
Hoy, su área de distribución se redujo al 40% de la geografía que ocupó la especie en el pasado. Y aunque en cada país se encuentra en situaciones diferentes, su conservación debe abordarse regionalmente, ya que en la mayor parte de su rango su supervivencia puede verse amenazada si se restringen sus migraciones estacionales.
Según criterios de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en Perú, Bolivia y Paraguay, su estado de conservación está categorizado como "Críticamente Amenazado"; en Chile, en gran parte de su territorio se define como "Vulnerable", a excepción de las regiones de Aysén y Magallanes donde se considera de “Preocupación Menor”; en Argentina también se considera de “Preocupación Menor” y aunque en zonas de la Patagonia se ha recuperado en décadas recientes, su población está fragmentada en poblaciones en su mayoría pequeñas y relativamente aisladas.
Por eso, para facilitar la naturalidad de sus recorridos estacionales y de dispersión es necesario conformar una red de áreas protegidas interconectadas por corredores de vida silvestre, manteniendo así los procesos ecológicos y evolutivos en las grandes extensiones por donde el guanaco transita.
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