La escuela del futuro ya existe en Singapur
Rah Pahtib es más bajito que otros niños de su edad. Tiene 11 años, una mirada inteligente y una lengua rápida. Es más bajito, pero tiene ya el aplomo suficiente para explicar de corrido, sin trabarse, cómo ha creado su primer videojuego. Le ha ayudado un compañero, pero la idea es toda suya, insiste. Solo ha necesitado una pantalla, un cable USB, unas pinzas de contacto, un controlador y dos plátanos. Eso y que lleva más de cuatro años aprendiendo a programar.
Rah Pahtib es más bajito que otros niños de su edad. Tiene 11 años, una mirada inteligente y una lengua rápida. Es más bajito, pero tiene ya el aplomo suficiente para explicar de corrido, sin trabarse, cómo ha creado su primer videojuego. Le ha ayudado un compañero, pero la idea es toda suya, insiste. Solo ha necesitado una pantalla, un cable USB, unas pinzas de contacto, un controlador y dos plátanos. Eso y que lleva más de cuatro años aprendiendo a programar.