1. Hidratación: el pilar fundamental
“La hidratación es la clave para mantener el equilibrio del cuerpo durante el calor”, aseguró Diego. Según el experto, la recomendación básica es consumir entre 2 y 3 litros de agua al día, pero también se pueden incluir alimentos ricos en agua como frutas (sandía, melón, cítricos) y verduras frescas.
En cuanto al tradicional tereré, bebida que buscamos especialmente en días calurosos, López refirió que su ingesta también puede contribuir a la hidratación; sin embargo, esta bebida no debe reemplazar al agua. “Si alternamos entre agua y tereré, podemos mantenernos hidratados. Aunque la yerba tiene propiedades diuréticas, en su estado más lavado puede ayudar a la hidratación, especialmente si se combina con frutas frescas”, explicó López.
2. Alimentos frescos y ligeros
En cuanto a la alimentación, el especialista sugirió optar por preparaciones ligeras, frescas y ricas en nutrientes. Con el calor, el cuerpo tiende a tolerar menos las comidas pesadas y grasosas, por tanto, lo mejor es optar por preparaciones bajas en grasas. “Las ensaladas son una gran opción, ya que además de ser ligeras, aportan micronutrientes esenciales”, manifestó y agregó que idealmente sugiere evitar alimentos como frituras, guisos pesados, alimentos ultraprocesados y amasados de pastelería en exceso.
3. No temerles a las proteínas, pero elegir sabiamente
Contrario a lo que muchos piensan, el consumo de carne de cerdo puede ser una opción saludable si se eligen cortes magros como el lomito. Según el experto, el mito de que se debe evitar la carne de cerdo en el calor no tiene fundamento, ya que, dependiendo del corte, la carne porcina en algunos casos puede incluso ser más saludable que los cortes de carne vacuna.
4. Control de porciones
Es importante moderar las cantidades. La sugerencia de López es consumir entre tres y cinco porciones de frutas al día, ajustadas a las necesidades individuales. Según el experto, no hay frutas prohibidas, pero la clave está en controlar las porciones, especialmente en personas con condiciones como sobrepeso, hipertensión o diabetes. “Mi recomendación es que se consuman las frutas de estación. De hecho, la naturaleza es tan sabia que nos provee las frutas con más porcentajes de agua. Por ejemplo, la sandía, después tenemos los cítricos que están disponibles todo el tiempo, entre otros” señaló.
5. Atención especial a niños y mayores
Los niños y los adultos mayores son más susceptibles a la deshidratación. “Es fundamental recordar que los niños tienen una sensación de sed disminuida, por lo que los adultos debemos darles de beber agua frecuentemente, y no sólo esperar a que la pidan, para asegurarnos de que se están hidratando”, resaltó López.
En el caso de los mayores, la sugerencia del profesional es colocar una jarra de agua junto a ellos, por ejemplo, al lado de la cama; esta puede ser una solución práctica.
Como recomendación adicional, Nutridiego destacó la importancia de adoptar pequeños mini hábitos que, sumados, pueden marcar una diferencia para lograr mantenernos hidratados y con una salud óptima durante las temporadas de calor extremo, como son: incorporar rutinas como medir el agua consumida a través de botellas o vasos; evitar la exposición al sol en horas críticas y; realizar chequeos médicos regulares con el fin de prevenir problemas de salud asociados al calor.
Según el profesional, la clave en temporadas de calor extremo está en una alimentación equilibrada y una hidratación constante. Estos hábitos no sólo protegen contra golpes de calor, sino que también contribuyen al bienestar general. “Cuidar de nosotros mismos y de quienes nos rodean es el primer paso para enfrentar las altas temperaturas de forma saludable”, concluyó López.
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