La firma se dio en el marco de la LXVI Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común y la Cumbre de Presidentes del Mercosur y Estados Asociados. Se trata de un hecho trascendental para el futuro energético del país, que conectará oferta y demanda, utilizando el trazado de la Ruta Bioceánica.
Esta posibilidad cobra forma concreta con el ambicioso proyecto del gasoducto regional, una obra que no solo podría modificar profundamente la matriz energética nacional, sino también elevar el perfil del país como articulador entre los grandes productores y consumidores de gas natural del Cono Sur.
Según Julio Albertini, director de Hidrocarburos del Viceministerio de Minas y Energía, “países vecinos como Chile, Bolivia y Perú también estarían involucrados en la integración regional, y no solo en energía: también transporte y cargas, información, turismo, entre otros. Aunque actualmente Paraguay no es un país productor de hidrocarburos, esta obra podría traer inversiones para que se pueda inyectar también gas paraguayo”.
Si bien el gas como fuente de energía no existe actualmente en el país, Albertini mencionó que este tipo de proyecto ayudará a diversificar la matriz energética, atrayendo la instalación de nuevas industrias como químicas y petroquímicas, fertilizantes, agroindustrias (secado de granos, producción de alimentos), desmotadoras y textiles (en procesos de lavado y teñido), plantas de generación eléctrica a ciclo combinado (para provisión de respaldo y exportación), cementeras y ladrilleras (alto consumo térmico), siderúrgicas y metalúrgicas (donde el gas puede reemplazar otras fuentes de energía). “En general, puede atraer inversiones a cualquier industria con alta demanda de energía, en especial si se garantiza un suministro estable y competitivo”, añadió.
La descentralización energética es otra de las apuestas fuertes del gasoducto. Actualmente, las regiones más alejadas de las represas hidroeléctricas, como el Chaco paraguayo, enfrentan altos costos por transporte de energía eléctrica y limitaciones para acceder a un suministro eficiente. El gas natural llegaría a cubrir ese vacío, permitiendo que más regiones puedan participar del crecimiento industrial.
“Las pérdidas y sobrecostos de transportar energía eléctrica por largas distancias son un problema no menor. El gas permite acceder a una fuente energética en zonas donde hoy hay restricciones. Esto puede facilitar el desarrollo de industrias en regiones hasta ahora postergadas, reduciendo desigualdades territoriales”, señaló Albertini.
El gas natural también se posiciona como una fuente de transición energética para los próximos 30 años, al ofrecer una alternativa menos contaminante que la biomasa (leña, carbón vegetal) y menos volátil que los derivados del petróleo.
Con miras hacia el futuro, Paraguay podría convertirse en el canal logístico del gas natural sudamericano, un rol que hasta ahora no había sido considerado dentro de los esquemas tradicionales de integración energética. La Ruta Bioceánica, actualmente en construcción, cruza de este a oeste el territorio paraguayo y se alinea perfectamente con los intereses logísticos del gasoducto.
“Estaríamos en condiciones de convertirnos en la puerta de entrada y salida del gas natural de Sudamérica hacia ambos océanos. Conectando la mayor reserva de gas (Vaca Muerta, Argentina) con uno de los principales consumidores (Brasil), Paraguay puede fungir como el nexo ideal. Es como hablar del Canal de Panamá del gas natural”, explicó el especialista.
Además de ventajas geográficas, Paraguay ofrece una estabilidad política y baja conflictividad regional, elementos fundamentales para grandes obras de infraestructura de largo plazo. En un contexto de tensiones y vaivenes políticos en varios países vecinos, Paraguay puede presentarse como una plataforma confiable para inversiones y acuerdos multilaterales.
Aunque hoy no se produce gas natural en Paraguay, Albertini no descarta que esta obra pueda generar condiciones propicias. “No se trata solo de transportar gas extranjero. Con el tiempo, podríamos estar hablando de inyectar gas paraguayo al sistema, si se confirma la presencia de reservas explotables. El gasoducto no solo sirve para mover gas, también mueve conocimiento, tecnología, inversiones y oportunidades”, subrayó.
Tu opinión enriquece este artículo: