Este nuevo esquema tarifario tiene como objetivo central garantizar el suministro energético entre ambos países y otorgar oxígeno financiero a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que viene operando con dificultades presupuestarias. La medida también se presenta como un paso inicial para que Argentina empiece a saldar su histórica deuda con Paraguay por la cesión de energía.
Desde el lado técnico, se indicó que la vigencia del nuevo precio permitirá definir una modalidad de pago que reconozca los costos operativos y de mantenimiento de la hidroeléctrica. También facilitará el financiamiento del Plan de Rehabilitación de la Central, el proyecto de ampliación Aña Cuá y otras obras complementarias.
Sin embargo, la decisión no estuvo exenta de críticas. El expresidente de la ANDE, Pedro Ferreira, cuestionó el manejo histórico de Argentina en cuanto a la energía generada por Yacyretá. "Argentina sigue manejando la energía de Yacyretá a su conveniencia. Durante décadas incumplió el tratado y pagó precios bajos por la energía paraguaya", denunció. Ferreira señaló que, si bien la medida puede interpretarse como un avance, sigue sin abordar de fondo la cuestión de la soberanía energética.
En esa línea, el exconsejero de Yacyretá, Ángel María Recalde, explicó que el nuevo mecanismo propuesto desde el lado argentino busca unificar el presupuesto de ambas márgenes. “El presupuesto del lado argentino es mucho menor que el del paraguayo, pero se sumó todo y se estableció que se necesitan ‘tantos’ millones de dólares para cubrir los costos anuales de operación”, comentó. A su criterio, esto podría generar tensiones si no se respeta el principio de equidad entre ambas partes.
Por su parte, el presidente de la ANDE, Félix Sosa, intentó llevar tranquilidad al señalar que el acuerdo no implica una modificación directa de la tarifa de Yacyretá, sino una optimización en su esquema operativo. “Se busca una planificación más ordenada en la utilización de la energía generada”, afirmó.
Aunque la nueva tarifa representa un ajuste largamente esperado por el lado paraguayo, las dudas sobre la transparencia, el cumplimiento y la deuda acumulada siguen latentes. En un contexto donde la relación energética entre Paraguay y Argentina está marcada por tensiones y asimetrías, esta medida es vista como un posible punto de inflexión, aunque con reservas.
Acta podría perjudicar a Paraguay
Por otro lado, el ingeniero Ferreira señaló que luego del decreto de Milei comenzó a difundirse un acta que la ANDE debe firmar. Uno de los puntos establece que la ANDE se limitará en el uso de la energía paraguaya de Yacyretá a solo 425 MW, algo así como el 19%. Al mismo tiempo, se confirma la inauguración de las instalaciones en Valenzuela para 600 MW y 1.200 MW sobre la línea de Yacyretá. "Las obras están atrasadas y por eso aún no se puede llevar la energía de Itaipú hasta ese punto", añadió.
Además, señaló que dicho documento habla de "remuneración", "pago" o "cobro" para evitar usar el término "tarifa", por lo que el Tratado estaría siendo violado. "La primera impresión que tengo es que el único beneficio para nuestro país es disponer de fondos, en un contexto en el que la transparencia administrativa no es la característica predominante", finalizó.
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