Dicho comportamiento promete mantenerse e incluso aumentar en lo que resta del año debido a la variedad de ofertas y nuevos canales de operación disponibles para los usuarios. "Nuestras expectativas están relacionadas a que este comportamiento se mantenga y por qué no que aumente en lo que resta del año, pues vemos un proceso muy interesante de variedad de ofertas, nuevos canales de operación para los usuarios, que los están adoptando", explicó Alvarenga.
Sin embargo, Alvarenga señaló que todavía hay espacio para crecer, especialmente debido a los bajos niveles de bancarización en el país. "Consideramos que, además del esfuerzo de los actores privados, si sumamos algún esfuerzo adicional por parte del Estado, estos niveles de crecimiento podrían ser mucho más significativos", afirmó.
Uno de los datos más destacados en este contexto es que el 80% de las transferencias realizadas a través del Sistema de Pagos del Paraguay (Sipap) son por montos menores a G. 1 millón. Este hecho subraya la creciente importancia de las transacciones pequeñas en la economía digital del país.
Alvarenga mencionó que, aunque no profundizó en estudios específicos sobre este fenómeno, es evidente que hay un flujo significativo de transacciones menores a G. 1 millón de guaraníes. "El Sipap, con el tiempo, fue sumando actores, como la inclusión de los subparticipantes, que lógicamente aportan un volumen adicional y dentro de esta figura se suman otros actores del sistema financiero", agregó.
Por otro lado, en lo que respecta a la infraestructura de seguridad, otro aspecto crucial para el desarrollo de la industria de medios de pago, según Alvarenga, es que se destinen más recursos para asegurar que los usuarios puedan utilizar estas herramientas con tranquilidad.
"Vemos como un todo a la seguridad relacionada con la actividad que realizamos. Ahora bien, el crecimiento exponencial que tuvo el uso de las aplicaciones financieras creo que se lleva el primer lugar en materia de adopción por parte de los usuarios", comentó.
Sin embargo, enfatizó que los eventos relacionados con la seguridad no están necesariamente vinculados al producto en sí, sino a mecanismos externos para acceder a los datos de los usuarios, lo que demuestra que la infraestructura de seguridad está cumpliendo su rol.
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