El Chaco recibió US$ 148 millones de inversión en cinco años (y en 2022 exportó por US$ 900 millones)

El Chaco está experimentando una aceleración en el aumento de las inversiones, sobre todo en los últimos años, y la ejecución de obras de infraestructura es uno de los pilares en los que se fundamentará el crecimiento de la región. ¿Cuánto capital se inyectó en la región en el último quinquenio y qué hace falta para convertir a la región Occidental en un polo de desarrollo industrial?

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Los números son la mejor forma de medir el desarrollo de una actividad o zona. Y los datos oficiales muestran que en el Chaco, un territorio cuya integridad costó la vida de miles de paraguayos, se está verificando una aceleración en el volumen de las inversiones en los últimos tres años.

Entre el 2018 y el 2019 el promedio de inversión en el Chaco fue de US$ 6 millones por año, pero en el 2021 hubo un crecimiento significativo y la inyección de capital alcanzó US$ 27 millones en los tres departamentos de la Región Occidental, según los datos del Ministerio de Industria y Comercio (MIC).

En el 2022 las inversiones alcanzaron US$ 66 millones, y en lo que va de este año ya llegó a US$ 35 millones. Sintetizando, en el quinquenio comprendido entre el 2018 y el 2023 el total de lo invertido asciende a alrededor de US$ 148 millones. El 47% de la inversión se concentró en Presidente Hayes, un departamento con un acelerado proceso de industrialización; el 52% corresponde a Boquerón, y en Alto Paraguay se ubicó el 1% restante.

La mayor parte de las inversiones se dieron en la industria alimenticia, y en el sector agroindustrial se invirtió principalmente en construcción, por lo que hubo un aumento de la capacidad de almacenamiento de granos. También se instalaron desmotadoras, y hubo adquisición de cosechadoras para apoyar las actividades del sector primario.

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Este año, además, el frigorífico Chortitzer volvió a operar después del incendio que sufrió. Tras el siniestro los directores redoblaron la apuesta y no solo se reconstruyó la planta, sino que se amplió y pasó de una capacidad de faenamiento de 800 cabezas por día a 1.300 animales diarios, convirtiéndose así en uno de los frigoríficos de mayor capacidad productiva del país. La inversión fue de US$ 25 millones.

Un capítulo aparte es el del frigorífico Chajhá, que por ahora está a la espera de la decisión de sus accionistas sobre el futuro de la factoría, habida cuenta de la acusación que pesa sobre uno de sus socios, de parte de EE.UU.

Si se considera la cantidad de mano de obra demandada, se observa que entre el 2018 y el 2020 se crearon 82 puestos laborales anuales en promedio. En el 2021 esa cantidad pasó a 302 y en el 2022 a 1.017, aunque en esta cifra se incluye la expectativa de demanda de personal de parte de Chajhá. Y en el 2023 ya se alcanzaron 252 puestos creados.

A partir del 2021 también hay un aumento de la exportación de productos alimenticios producidos en el Chaco. En el 2022 llegó a casi US$ 900 millones y este año se espera superar ese monto. El porcentaje de las exportaciones del Chaco en el total del rubro industrial es del 17 al 18% en la actualidad, y corresponde principalmente carnes, chacinados y lácteos. Antes del 2021 estaba entre el 8 y el 9%.

Futuro

Los proyectos de inversiones auguran un porvenir favorable. “Entre los planes están el montaje de un laboratorio de certificación de fibra de algodón, además de otras inversiones, principalmente en tecnología de sistemas de riego de unidades productivas”, informó Francisco Ruíz Díaz, viceministro de Industria.

¿Qué hace falta? Más allá de las buenas proyecciones de inversiones futuras, todavía el Chaco adolece de un déficit de infraestructura para atraer aun un mayor número de capitales. El presidente de la República, Mario Abdo había señalado que al cierre de sus cinco años de mandato las inversiones en infraestructura en el Chaco alcanzarían US$ 2.500 millones. Pero todavía no es suficiente.

Según el subsecretario de Estado, la Región Occidental necesita mayor desarrollo en infraestructura del sistema eléctrico, necesario para aumentar la producción chaqueña y ligado íntimamente a esto está la disponibilidad de agua.

“El tercer desafío es la infraestructura en general, rutas. Se avanzó pero todavía queda margen por trabajar. También hay un desafío importante en la disponibilidad de mano de obra especializada, pues en la medida en que la producción sea cada vez más compleja se necesitarán ingenieros en procesos productivos, ingenieros químicos, laboratoristas; y eso no está disponible por ahora”, apuntó Ruíz Díaz.

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