Los invasores que nos están dejando US$ 63 millones al año
(Por Ricardo Peña) No fue en Berlín, ni en Miami, ni en Bali. Fue en Asunción. Una tarde cualquiera, en un espacio de coliving, me encontré con una escena que parecía un póster de Airbnb: a mi derecha, un amigo boliviano que trabaja en real estate; enfrente, un español desarrollador de software; a mi izquierda, en la cocina había italianos discutiendo sobre fútbol, y en el patio, argentinos planificaban su próximo viaje.
(Por Ricardo Peña) No fue en Berlín, ni en Miami, ni en Bali. Fue en Asunción. Una tarde cualquiera, en un espacio de coliving, me encontré con una escena que parecía un póster de Airbnb: a mi derecha, un amigo boliviano que trabaja en real estate; enfrente, un español desarrollador de software; a mi izquierda, en la cocina había italianos discutiendo sobre fútbol, y en el patio, argentinos planificaban su próximo viaje.